En un importante desarrollo judicial, Dora Patricia Flores Canales fue capturada y deportada desde Estados Unidos hacia Honduras bajo cargos de trata de personas agravado, del cual tenía una orden de captura pendiente desde 2019. La Unidad Contra la Trata de Personas, Explotación Sexual Comercial y Tráfico Ilícito de Personas (UTESCTP) había emitido la orden por suponerla responsable de explotar sexualmente a una joven en un bar de México.
Según las investigaciones, Flores Canales había reclutado a la víctima con la promesa de un trabajo bien remunerado, pero una vez en el lugar, fue obligada a vender tragos y mantener relaciones sexuales con clientes bajo amenazas y control severo por parte de los involucrados. Ante estas condiciones, la víctima decidió entregarse a las autoridades y fue deportada a Honduras, donde enfrentará proceso judicial por estos graves delitos.