
El partido entre selecciones de tiktokers de Honduras y Brasil, programado inicialmente como revancha para el 26 de septiembre en el Estadio Nacional “José de la Paz Herrera”, fue finalmente trasladado a San Pedro Sula tras un enfrentamiento público entre el organizador del evento, el influencer Lester Alberto Cardona Meza, conocido como Supremo, y el comisionado de CONDEPOR, Mario Moncada.
El conflicto estalló después de que Supremo anunciara en redes sociales que la sede sería cambiada por las dificultades puestas “por un tal Mario Moncada de CONDEPOR”, y porque, según dijo, se intentaba “lucrar de un evento privado”. En uno de sus mensajes explicó:
“Probablemente el partido contra Brasil se juegue en el Estadio Olímpico… Gracias a la Presidenta y al Alcalde de Tegucigalpa por apoyarnos en este proyecto pero, lastimosamente, lo voy a mover a S.P.S.”
Moncada respondió públicamente rechazando que CONDEPOR hubiera negado el Estadio Nacional y aseguró que desde el primer día delegó a un representante para darle seguimiento al evento:
“SupremoTok en ningún momento hemos negado el Estadio Nacional… Desde el primer día delegué a un representante de CONDEPOR (Rudy Urbina) para darle seguimiento al evento y todo lo que solicitaron se les autorizó.”
El comisionado explicó que su única objeción fue la propuesta del equipo organizador de excluir a los vendedores tradicionales del estadio:
“Lo único en lo que no estuve de acuerdo fue en quitarle la oportunidad de venta a las familias humildes… La propuesta de ustedes fue que esas ventas fueran exclusivas para tiktokers, y ahí puse un alto porque mi deber como administrador temporal de este bien público es ser solidario con quienes más lo necesitan.”
Moncada añadió que el ruido mediático generado por la publicación de Supremo estaba siendo aprovechado por la oposición política y defendió su actuación como protección a los comerciantes informales del estadio:
“No hubo veto, no hubo bloqueo, lo único que defendí fue a los vendedores tradicionales del Estadio Nacional, un sector trabajador y desprotegido que merece respeto.”
En el cierre de su comunicado advirtió: “Pero si quieren también las pocas ganancias que por producto de sus ventas generan estos emprendedores, TAMBIÉN SON SUYAS”.
Supremo negó querer apropiarse de las ventas de los vendedores y afirmó que su molestia era por las trabas para realizar “un evento sano de entretenimiento” en Tegucigalpa. Además, reiteró que sus ingresos provienen de transmisiones y donaciones en línea:
“Yo no dependo de las ventas de tajadas porque mis ganancias son ‘el stream del partido’ y ‘los super chat del stream’ y mis publicaciones en Facebook e historias.”
En un tenso pasaje de su respuesta, el influencer expresó temor por su seguridad, diciendo que no abordaría “el tema real del porqué se cambió de sede” para no poner en riesgo su vida por motivos políticos:
“No voy a tocar el tema real del porqué se cambió de sede porque tampoco quiero que por política me arrebaten la vida.”
Supremo finalizó su mensaje agradeciendo el apoyo “de la Presidenta Xiomara Castro y del alcalde de Tegucigalpa”, pero confirmó que, ante los obstáculos, el encuentro se trasladó finalmente a San Pedro Sula.
El episodio ocurre en medio de una serie de encuentros deportivos entre tiktokers que comenzaron con enfrentamientos entre selecciones salvadoreñas y hondureñas y continuaron con un duelo en Brasil; el partido del 26 de septiembre va a ser la revancha entre Honduras y Brasil.