Vecinos de la colonia Guillén se resisten a ser reubicados a pesar del riesgo inminente que representan las lluvias para la estabilidad de sus viviendas. Con más de 600 días transcurridos desde que se prometieron nuevas casas en Villa Solidaridad, la situación en la zona se vuelve cada vez más urgente. Recientes deslizamientos han dejado en evidencia la vulnerabilidad de la colonia, especialmente con el colapso de la iglesia católica, un símbolo de la comunidad que ahora yace en ruinas.
Julio Quiñónez, coordinador del Programa de Adaptación Urbana al Cambio Climático, ha advertido sobre la crítica situación en la que se encuentra la Guillén, catalogándola como la zona más activa y propensa a desastres. A pesar de los esfuerzos de evacuación y los informes elaborados por expertos, aún no se han tomado medidas efectivas para salvaguardar a los residentes de un posible desastre inminente.
La negligencia en la ejecución del proyecto Villa Solidaridad refleja una falta de respuesta adecuada por parte de las autoridades municipales, dejando a cientos de familias en un estado de incertidumbre y riesgo constante.