UNA EMPRESA ATERRADORA

Refundidos en los conflictos políticos que parecieran destinados a confundir y entretener a los hondureños, los ciudadanos y las empresas somos víctimas a diario del deficiente servicio de la ENEE que con sus constantes interrupciones y estrepitosos vaivenes del voltaje de la corriente eléctrica, produce una gran cantidad de danos en los equipos de oficina y enseres eléctricos del hogar. Nunca como hoy la ENEE es vista como un peligroso enemigo de las casas y los equipos de oficina, y aunque este problema data de muchos años atrás, es hoy cuando se ha acentuado de una manera incontenible, porque las fallas en el suministro cada vez van en crecimiento de mal en peor, por lo que los danos ocurren con más frecuencia.

El servicio de energía eléctrica no mejoro con la llegada de la firma colombiana que fue contratada en los gobiernos anteriores; el optimismo que experimentamos en un principio cuando conocimos los antecedentes de la empresa que venía precedida con antecedentes de lujo, por una supuesta vasta experiencia en varias ciudades suramericanas, al contrastarlo una vez que empezó a operar en nuestro país, se vinieron al suelo. La empresa colombiana trajo los defectos comunes que venía arrastrando la eternamente inoperante ENEE. La distribución del servicio, que era el principal problema que la firma colombiana debía atender, no tuvo un avance que se pudiera apreciar y lo más efectivo de esa empresa fue su sistema implacable de cobros. En primer lugar, la empresa colombiana se esmeró en cobrar en forma promediada, de manera que el consumo que realmente tenían las empresas no era importante sino la necesidad de abultar los ingresos mensuales para recoger más dinero en sus arcas.

Por más que las empresas se esmeraron en afinar el consumo con medidas internas, el esfuerzo por ahorrar nunca se vio reflejado en la factura de cobro. En un edificio de una empresa donde dejaron de operar maquinarias industriales de impresión, la reducción que le reconoció la empresa colombiana apenas fue de un 15 por ciento. Y cuando se pidió explicaciones, la susodicha empresa admitió a su favor que se cobraba en forma promediada, aunque este método fuera en desmedro y perjuicio de las empresas usuarias. 

Hoy estamos sumidos en un ataque frontal de la ENEE, porque las ultimas fallas son demasiado violentas, como ocurrió hace dos semanas en una retahíla de cortes en menos de tres minutos que nos produjeron danos en equipos de televisión en el edificio donde transmitimos tanto el Telenoticiero Abriendo Brecha como TEN TV Canal 10. Igualmente resultaron dañados equipos especiales que se instalan para prevenir estas fallas, que por lo violento de los cortes también sucumbieron por los ataques de la ENEE.

Lo irónico es que cuando se interponen las denuncias en la oficina correspondiente de la ENEE, en esta, de una manera desfachatada responden que vendrá una cuadrilla para verificar que los danos fueron producto por las deficientes instalaciones del edificio. Esta defensa de categoría gansteril ya la habíamos escuchado antes; la ENEE se blinda de sus fallos y atropellos anticipándose a echarle la culpa al usuario que ha recibido los danos por los vaivenes del voltaje del pésimo suministro de la ENEE. Con esta empresa los usuarios salen perdiendo de todas formas, porque en la ENEE tienen la maligna costumbre de curarse en salud con la clásica defensa del que sabiéndose que es estafador, en forma bribona descarga en contra del perjudicado la culpa del daño, cuando este es producto de la alteración por el mal sistema de distribución de la corriente eléctrica que nunca pudo resolver la empresa colombiana que tenemos entendido ya dejo de operar en nuestro país.

Mientras tanto, las denuncias no sirven de nada, los usuarios seremos siempre los paganos del mal servicio del suministro eléctrico de la ENEE, especialmente las empresas que son las que pagan una tarifa alta por consumo, y que a la vez subsidian la energía que regala el gobierno, por lo que seguiremos siendo los eternos desfavorecidos con los ataques violentos del mal servicio del fluido eléctrico. 

La ENEE se tiene muy bien merecido el calificativo de ser la empresa aterradora del Estado, que mete miedo tanto por su servicio deficiente y sus altas tarifas, como por los danos causados a los equipos y enseres eléctricos, de los cuales nunca tiene el valor moral de reconocer con una indemnización a los perjudicados, como correspondería si en esa empresa hubiera decencia administrativa.

Así son las cosas y así se las hemos contado hoy viernes 17 de noviembre de 2023.