EEUU Y EL TIMING

Hace tan solo unos días dijimos que la gran lección del juicio contra JOH en la Corte del Distrito Sur de Nueva York, para la clase política y para toda la nación hondureña, es la necesidad de tener un nuevo liderazgo, con principios y ética pública, que asuma la tarea política para construir una sociedad estable, que nos permita vivir en un clima de tranquilidad sostenible, para poder alcanzar el desarrollo. 

El desenlace del juicio en Nueva York, una vez escuchado el veredicto del jurado, ha sido contundente. Pero más allá del resultado del juicio, que estaba previsto por la conducta del juez y demás factores que se acondicionaron para lograr la condena de JOH, hay que ver las consecuencias que se anticipan. El fiscal del Distrito Sur de Nueva York ha lanzado un mensaje muy preciso a los políticos y a la nación hondureña, y aunque el máximo dirigente de Libertad y Refundación, Mel Zelaya, considere estas acciones como una intervención imperialista de EEUU, lo cierto es que los izquierdistas hondureños se valieron de esa misma fuerza imperialista para facilitar la inmediata extradición del expresidente, que hoy les permite celebrar con morteros y cervezas la condena de JOH.

Hay que leer con reflexión el mensaje del fiscal del Distrito Sur de Nueva York, Damian Williams, emitido una vez que el jurado de la corte diera su veredicto de culpabilidad contra el expresidente: «es mi esperanza que esta condena envíe un mensaje a todos los políticos corruptos que considerarían un camino similar al que escogió JOH, para que elijan de manera diferente. Mi oficina no se detendrá ante nada para investigar y procesar a aquellos responsables de enviar veneno a esta comunidad, sin importar su estatus o poder político». El mensaje del fiscal es directo y no deja entre líneas.

Además, este mensaje despeja cualquier duda: Honduras está profundamente contaminada por el tráfico de drogas, lo que pone en acción a las autoridades de EEUU para perseguir de manera puntual a los políticos que abusan de los cargos para los cuales resultan electos por el pueblo, y no para procurar el bienestar de los ciudadanos. Esta práctica amasijada de poder y corrupción es lo que ha degenerado a la clase política de nuestro país y de otros países del entorno, donde se usa la política como un trampolín para lograr el enriquecimiento ilícito. 

El juicio de Nueva York debe ser asimilado por la clase política hondureña, aunque también es una lección para el resto de los hondureños, que en nuestra condición de electores tenemos la obligación de empezar a elegir a políticos con principios y valores. Solo de esa forma es que los ciudadanos podremos contribuir a que en Honduras existan nuevos liderazgos con principios y valores. Y empezar a erradicar los falsos liderazgos que actúan en función de sus intereses particulares y de ciertos grupos que se han apoderado de los partidos, haciendo de estos verdaderas castas que impiden que las instituciones políticas actúen respondiendo al interés de la nación y los ciudadanos.

Con nuevos liderazgos que trabajen con valores y principios es que podremos tener verdaderas instituciones que le garanticen a Honduras una vida institucional, porque si bien ahora tenemos instituciones, los hondureños no tenemos institucionalidad, cuando el partido gobernante tiene el control de instituciones vitales como el Poder Judicial, el Ministerio Publico, la PGR, además controla los gremios magisteriales y de paso ahora controla hasta la UNAH y su ambición de control es tal, que se propone controlar hasta el Colegio de Abogados.

Decíamos hace unos pocos días, que sin importar como terminara el juicio de Nueva York, el gran mensaje que deja a la clase política, es que nuestro país necesita con urgencia un nuevo liderazgo nacional con principios y valores de la ética pública, que nos permita a los hondureños edificar una sociedad estable en todo sentido, porque por desgracia, lo que ha habido en Honduras es una ausencia de ética pública.

El juicio de Nueva York ha terminado, pero el telón no ha caído del todo. Falta ver algunas consecuencias que por desgracia no se vislumbran en favor de la institucionalidad, sino en contra. Especialmente cuando la principal cabeza del Partido Libertad y Refundación ha dejado entrevar que en Honduras «no habrá más extradiciones porque no es posible que EEUU se lleve a un presidente sin permitirle el derecho a la defensa». Denuncia extemporánea de Mel Zelaya, bastante tramposa, porque si ayer fue bueno que extraditaran a JOH, hoy es muy malo que EEUU quiera extraditar a otro presidente. 

Obviamente que si otros políticos hondureños están siendo investigados por los fiscales de EEUU, sin descartar a otro expresidente hondureño, y se les encuentran evidencias de participar en el narcotráfico, las autoridades de EEUU, además de la extradición, tienen otros mecanismos para hacerlos comparecer ante un tribunal. Porque, como dicen en ese país, los EEUU tienen el «timing» para hacer las cosas, nunca actúan antes de tiempo, pero actúan en el momento preciso.

Eso lo saben los políticos hondureños, por eso es que algunos han puesto las barbas en remojo sin poder ocultar su nerviosismo.

Así son las cosas y así se las hemos contado hoy viernes 8 de marzo de 2024.