En el sexto día del juicio del expresidente hondureño Juan Orlando Hernández, se produjo un momento crucial con la declaración de Devis Leonel Rivera Maradiaga, exlíder del grupo criminal conocido como «Los Cachiros». Rivera Maradiaga, quien actualmente cumple una condena en prisión y colabora con la Administración de Control de Drogas (DEA), fue uno de los testigos más esperados en el caso.
Rivera Maradiaga comenzó su testimonio proporcionando contexto sobre su situación actual y su cooperación con las autoridades estadounidenses. Luego, pasó a detallar su relación con Juan Orlando Hernández, a quien se refirió con diversos apodos como Juan, JO o Juancho, indicando que había mantenido comunicación con él durante su presidencia y antes, cuando era presidente del Congreso Nacional.
Sin embargo, lo más impactante fue cuando Rivera Maradiaga admitió haber sobornado a JOH en 2012, entregando la suma de 250 mil dólares a través de la hermana del expresidente, Hilda Hernández, quien ahora está fallecida. Según su testimonio, este soborno tenía como objetivo asegurar protección para el grupo criminal «Los Cachiros» y obtener contratos gubernamentales para sus negocios.
Estas revelaciones han generado un gran revuelo en el juicio, arrojando luz sobre la presunta corrupción y nexos entre el gobierno y grupos delictivos en Honduras. La transparencia y la justicia se vuelven aún más urgentes en un contexto donde se ponen al descubierto actos de esta naturaleza. El testimonio de Rivera Maradiaga podría tener consecuencias significativas en el desarrollo del proceso judicial y en la percepción pública sobre la política y el sistema judicial en el país.