Las autoridades del Partido Liberal emitieron ayer un comunicado en el que fijan su determinación de defender el próximo proceso electoral que será clave para mantener a Honduras dentro del sistema democrático o, perder el país en el esquema autoritario que pretende imponer el PLR, el partido chavista hondureño. La posición de las autoridades del PL de Honduras es contundente e incuestionable, el Partido Liberal tiene una representante en el CNE, que no es una golondrina independiente como ella cree. Una cosa es la responsabilidad institucional que adquiere como representante del partido al asumir el puesto en el CNE, pero eso no significa que se desliga de la responsabilidad que tiene como representante de su partido.
El delegado de un partido en el CNE, llega a representarlo ante el organismo, en este caso, fundamentalmente, para cumplir con el interés del PL de vigilar que las elecciones se realicen en la estricta observación de las reglas de la transparencia y en el marco del cumplimiento de la ley. Si bien los delegados de cada partido se consideran una especie de árbitro electoral en el CNE, es porque su primer deber es vigilar que los demas no hagan trampas que van a repercutir en contra de su representado, y en perjuicio del proceso electoral en general.
Pongamos al Partido Liberal como ejemplo en primera persona: el PL no nombra a un representante para que vaya a hacer migas con otro partido que surgió con la intención de destruir al PL, hasta el punto de adherírselo como una pequeña parte, hasta hacerlo desaparecer. Quien diga que los representantes de los partidos en el CNE son independientes, está distorsionando el concepto de la representación, porque la ley habla que cada partido tendrá su representación en el CNE. Darle el carácter independiente a la representante del PL, es creer que la señora Ana Paola Hall es una especie de isla, que no debe atender a ninguna directriz del partido al que representa.
Este es un caso complejo, porque algunos liberales dicen que el problema es que APH en su momento no fue nombrada por las autoridades del PL, sino que tuvo un origen extra-partido. Sin embargo, aunque el nombramiento de APH tuvo un origen distinto, y no propiamente dentro del CCE del PL, ella llegó a ocupar la silla del PL y como tal está obligada a atender las directrices de su partido, si es que se considera la representante del PL.
En este momento crucial, el deber moral y legal de APH es estar en contacto con las autoridades del PL y no sentirse como si fuera dueña de sí misma, sin obligación de responder al Partido Liberal. La concejal APH debe reflexionar por el bien del PL y de ella misma, porque hoy estamos en la estricta necesidad de que el PL pueda contar con su representante en el CNE, así como en el RNP. En las elecciones de 2025 se jugará el destino de la democracia en Honduras y la sobrevivencia del PL. Un pacto personal de APH con el PLR sería el acabose de la democracia, porque, es un secreto a voces que el PLR cuenta con el equipo del fraude electoral chavista para ganar las elecciones a como dé lugar. Y que el PLR tenga la presidencia del CNE en el período electoral, equivale a servirle en bandeja de plata al PLR, todas las llaves del proceso para que haga lo que quiera con los resultados, contando con el apoyo de la experiencia chavista, expertos en el fraude electoral.
La defensa del proceso electoral no se logrará dándole todas las facilidades al PLR. Quien considere que advertir el inminente fraude electoral es dañar el proceso, es porque no vive en el planeta Tierra, o porque tiene sus especiales razones para concederle ventajas al PLR. Cualquier acuerdo que conceda al PLR tener la presidencia del CNE durante los períodos electorales, le da el control del proceso para manejar los resultados a su antojo.
Respaldamos la determinación del CCE del PL cuando exige a su representante APH, que su deber legal y moral es atender a las autoridades del PL, cuando le piden buscar la presidencia del CNE para las elecciones generales de 2025.
Así son las cosas y así se las hemos contado hoy jueves 12 de septiembre de 2024.