ESCÁNDALO EN LA JUSTICIA

La captura del juez Marco Vallecillo, coordinador del círculo especial en materia de criminalidad organizada, corrupción y medio ambiente, es un golpe lacerante contra el Poder Judicial, que al mismo tiempo arrastra al Gobierno de la Presidente Xiomara Castro, véase por donde se quiera ver. La forma cómo se realizó la detención y sus implicaciones, por recibir un soborno por medio de la extorsión, connota que el juez Vallecillo era perseguido muy de cerca hasta el momento que la Fiscalía y la Policía de Investigación Criminal lo sorprendieron recibiendo la suma de tres millones de lempiras, como pago por un servicio ilegal en favor de un indiciado.

Este hecho es de graves consecuencias, porque si bien en el Poder Judicial han habido casos anteriores de jueces deshonestos que violaron la ley para enriquecerse, favoreciendo a personas encausadas, esta es una ocasión especial en que se detiene a un juez de alto nivel y responsabilidad, por el gravísimo delito de extorsión, que en los actuales tiempos es la causa por la que mueren centenares de personas, que son orilladas por los delincuentes del crimen organizado a pagar fuertes sumas so pena de perder la vida.

Para el Poder Judicial, para el Gobierno y también para el Congreso Nacional, la captura del juez Marco Vallecillo representa un golpe directo, porque según lo que trascendió, el nombramiento del juez Marco Vallecillo fue producto de una recomendación de dos reconocidos dirigentes del PLR, directivos del Congreso Nacional, quienes incidieron ante el Gobierno y la Presidenta de la CSJ, para que nombrara al abogado Marco Vallecillo en el importante cargo que tiene la responsabilidad de coordinar la lucha contra el crimen organizado, la criminalidad y la defensa del medioambiente. 

No hay especulación sobre la captura del juez Vallecillo, de su propia voz este ratificó las implicaciones de su captura al expresar que los tres millones de lempiras eran para el esposo de una alta funcionaria del Poder Judicial, lo que de pronto levantó una marejada de especulaciones sobre quién era el favorecido con los tres millones de lempiras. De lo expresado por el juez Vallecillo se deduce que, él, solo es la pieza recolectora de una organización criminal que tiene sus ramas en el Poder Judicial. Y los altos funcionarios de este Poder son los magistrados y magistradas, los demás son empleados administrativos que no desempeñan cargos con amplio poder de decisión.

La captura del juez Marco Vallecillo es un hecho histórico, especialmente cuando ha manifestado que el dinero recolectado era para el esposo de una alta funcionaria del Poder Judicial, óigase «una magistrada», porque no hay funcionarias de mayor rango en importancia que las magistradas, lo cual crea un cisma de dudas en el Poder Judicial, donde hay varias magistradas, cuya responsabilidad queda en entredicho cuando el juez Vallecillo habla del esposo de una alta funcionaria del Poder Judicial. 

Tampoco creemos que este sea el caso del perro flaco, al que se le pagan las pulgas, que el juez Vallecillo es parte de un entramado u organización es otra cosa, pero no debe usarse su detención con la idea de que esta es otra cortina de humo para eliminar del panorama otras situaciones. Porque lo que está a la vista es que, este hecho es la afirmación no reflejada de un estado de putrefacción del Poder Judicial, donde antes ha habido casos de jueces que venden sentencias como negocio o arreglan juicios como favores políticos, pero que se use la extorsión para el enriquecimiento de personajes afines directa o indirectamente en el Poder Judicial, que recordemos, es la primera vez que acontece algo tan bochornoso que embarra a los tres poderes del Estado. Porque, esta es la consecuencia del gran daño que causa el nepotismo, cuando desde el Congreso Nacional y desde el Poder Ejecutivo se nombran parientes y amigos en los cargos claves de las instituciones.

Porque además, como una nueva lacra, surge un clima de confusión cuando el juez Vallecillo se quiere deshacer del ardor que le producen las tres millones de pulgas, diciendo que ese montón de dinero era para el esposo de una alta funcionaria del Poder Judicial. ¿Y quién si no, una magistrada importante, es la alta funcionaria del Poder Judicial a que se refería el juez Vallecillo?

La señora Presidente del Poder Judicial demandaba de los medios de comunicación no especular en este caso. Pero, nos preguntamos ¿cuál especulación señora abogada Ráquel de Melara? Si el mismo juez Marco Vallecillo, capturado in fraganti por la ATIC, fue quien le quitó la tapadera al pomo cuando dijo que los tres millones de morlacos eran para el esposo de una alta funcionaria del Poder Judicial. Si el juez Vallecillo declaró lo anterior para quitarse el gancho de encima, lo pagará muy caro, porque además del delito, la mentira es como una albarda sobre aparejo.

Este es el estado actual del Poder Judicial hondureño, más putrefacto y más nauseabundo que nunca. La captura del juez Marco Vallecillo por extorsión resulta un golpe mortal para el Partido PLR, para el Gobierno de Xiomara Castro y para el Congreso Nacional, de donde salió la recomendación de dos altos directivos para que Vallecillo ocupara el alto cargo desde donde debía combatir la corrupción y la criminalidad, más no practicar ambos delitos en su beneficio. Están barruntados los tres poderes del Estado. Resta ver cuál es la reacción del gobierno. Que no salgan con la majadería que lo ocurrido es por culpa de la narcodictadura, porque los culpables están en el Poder Judicial, en el Poder Ejecutivo y en el Congreso Nacional.

Lo que el pueblo hondureño espera es que no caigan cabezas de perros flacos, porque el juez Marco Vallecillo lo dijo con absoluta claridad: los tres millones de lempiras recibidos por extorsión, son para el esposo de una alta funcionaria del Poder Judicial. Casi dijo para quién es, o para quiénes son ¡los tres millones! 

Así son las cosas y así se las hemos contado hoy lunes 19 de agosto de 2024.