
Nueva Jersey es el hogar de unos 475.000 inmigrantes indocumentados que pagan impuestos y deportarlos, como plantea la agresiva política migratoria del presidente Donald Trump, causaría daños sociales y humanitarios y riesgos económicos para este estado, según un informe dado a conocer hoy.
De acuerdo con el estudio ‘Los impactos económicos y fiscales de la deportación masiva: ¿Qué está en riesgo en Nueva Jersey?’ en dicho estado viven aproximadamente 2,3 millones de inmigrantes, de los que unos 993.000 son no ciudadanos, incluidos unos 475.000 indocumentados, que en 2022 pagaron un estimado de 1.300 millones de dólares en impuestos locales y estatales.
Expulsar del país a estos últimos plantea enormes desafíos logísticos. Incluso si solo una de cada diez personas indocumentadas fuera deportada o detenida, se perderían 133 millones de dólares en ingresos fiscales estatales y locales cada año, con lo que se podría pagar 295.000 comidas escolares gratis en las escuelas públicos de Nueva Jersey, detalla el informe.
Asegura además que Nueva Jersey podría enfrentar pérdidas significativas a medida que la Administración Trump revoca el estatus temporal para los inmigrantes y altera drásticamente las políticas de asilo.