
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, lamentó este martes que Israel bombardeara en Doha, capital de Qatar, un objetivo de Hamas, acción que calificó como “una decisión del primer ministro Netanyahu” y no de su gobierno.
Trump explicó en un comunicado que el ejército estadounidense le notificó el ataque, pero subrayó que su administración no lo ordenó. Aseguró que bombardear unilateralmente a Qatar, un aliado estratégico de Washington, no beneficia los objetivos de Israel ni de Estados Unidos. Sin embargo, reconoció que eliminar a Hamas “es un objetivo loable”.
El mandatario afirmó que instruyó a su enviado especial, Steve Witkoff, a advertir a Qatar sobre el ataque, pero la comunicación llegó tarde. Qatar desmintió esa versión y sostuvo que solo recibió una llamada mientras las explosiones ya se escuchaban en Doha.
El bombardeo, confirmado por el ejército israelí como una “operación de precisión” contra la cúpula de Hamas, dejó cinco militantes muertos, así como un agente de la policía qatarí y varios heridos. No obstante, los líderes de Hamas sobrevivieron.
El ataque desató condenas en el mundo árabe. Arabia Saudita lo calificó como una “brutal agresión”, Egipto lo consideró un “peligroso precedente” y Emiratos Árabes Unidos lo tildó de “flagrante y cobarde”.
El papa León XIV y la ONU también expresaron preocupación.
Tras el hecho, los precios internacionales del petróleo subieron más de un dólar por barril, reflejando la tensión en Oriente Medio.