
El diputado Luis Redondo, del que no hay que hacer mucho esfuerzo para recordar su sarta de fechorías desde que empezó a usurpar la Presidencia del Congreso Nacional, y de las que le encanta hacer gala y hasta vanagloriarse, asumiendo una conducta de lo más cínico como jamás se había visto, amenaza que la mal llamada «Ley de Justicia Tributaria» será aprobada en cualquier momento. El lenguaje con el que el diputado Luis Redondo les dice a los diputados de oposición, que al menor de sus descuidos, sentara a los conejitos suplentes del PLR para armar un quorum advenedizo, y así mal aprobar el esperpento ilegal con el que piensa darle jaque mate al sector empresarial, es otra confesión de maldad de su parte que no necesita probarse.
Incluso, Redondo ha llegado al descaro de anunciar la amenaza con la jactancia propia del pícaro, gritando desde la principal curul del Congreso que usurpa desde enero de 2022, que el mamotreto atentatorio será aprobado en cualquier momento, lo que constituye un desafío bastardo a la oposición parlamentaria que conforma la mayoría del Congreso, a la cual sustituiría con el grupúsculo de diputados suplentes oportunistas del PLR, que pasan al acecho como una jauría hambrienta, a la caza de los huesos o sobrantes que les lancen desde la mesa principal del hemiciclo presidida por el usurpador.
La mal llamada «Ley de Justicia Tributaria» es un engaño que el populismo hondureño encarnado por el PLR sostiene con los juegos de palabras de los sofistas antiguos, para defender la tesis erróneamente prefabricada que subiendo impuestos a los que no pagan es que se atenderán los problemas de los pobres. Cuando la verdad es que, el fondo de la ley de injusticia tributaria lo que persigue es sustraer dinero de los ciudadanos, y que, aunque los populistas del PLR digan que es para aumentar la riqueza del país, confundiendo la igualdad general con la igualdad de oportunidades, es un error mayúsculo cometido intencionalmente, pero aunque el PLR cree haber convencido a los ciudadanos, lo cierto es que la gran mayoría de los hondureños no creemos en las elucubraciones del planteamiento del mamotreto ilegal que está basado en la teoría del engaño, que consiste en venderle a la gente sencilla como buena, una maldad elaborada solo para obtener más dinero para financiar un proyecto político a perpetuidad.
Hay muchos actos y acciones del diputado Luis Redondo que la experiencia nos advierte que no pueden olvidarse por las gravísimas repercusiones en contra del ordenamiento jurídico que ha sido gravemente dañado por las actuaciones del diputado Redondo, a sabiendas que por su condición de usurpador y violador constante de la Constitución, está registrado en los anales del Congreso Nacional para ser sujeto de severas sanciones de conformidad con el Código Penal. El apotegma de que «el poder absoluto corrompe absolutamente» está ejemplificado por el diputado Luis Redondo, que no para de sonreír en forma socarrona cada vez que actúa en detrimento de la Constitución.
Si una sola persona, que, aunque es un depósito de maldad, cree que es capaz de poder dominar a todo un pleno mayoritario del Congreso Nacional, quiere decir que Honduras está en un serio problema, porque en teoría en cualquier sistema democrático el peor de los bellacos no tendría posibilidad de salir vivo en una confrontación frente a una mayoría parlamentaria. Tendría que estar muy dormida la oposición, o ser una oposición autocomplaciente para darse por vencida en un desafío frente a una minoría, o porque hubiera razones económicas de por medio para rendirse ante un diputado que solo brilla por su enorme barriga y su gran capacidad bribona de burlarse de la Constitución.
Nos resistimos a creer que la oposición en el Congreso Nacional, que es mayoría en el pleno, le dé la oportunidad al diputado Luis Redondo de cumplir su promesa de aprobar el mamotreto ilegal que amenaza con destruir el sector empresarial. La única posibilidad de que la amenaza del diputado Redondo se cumpla en cualquier momento, pasa porque la oposición se lo permita. Pero, de suceder eso, sería el acabose de la democracia hondureña.
Así son las cosas y así se las hemos contado hoy viernes 16 de mayo de 2025.