
Un partido político que nace en el contexto jurídico constitucional es una institución de derecho público, con deberes y obligaciones en función de país. Por supuesto que estamos hablando de un partido político democrático, que no es el caso del PLR, que desde su origen tuvo un nacimiento antidemocrático. El PLR fue una concesión especial en el gobierno de Porfirio Lobo, producto de un acuerdo político internacional celebrado en Cartagena, Colombia, entre el presidente colombiano Juan Manuel Santos, Hugo Chávez, dictador venezolano y el presidente hondureño Porfirio Lobo, quien consultó a diferentes sectores de la sociedad sobre la necesidad de facilitar el regreso de Mel Zelaya a Honduras, que entonces vivía a bordo de los aviones de PDVSA, como una especie de «revolucionario aéreo» proclamando ser víctima de un golpe de Estado, que no fue tal, pero si derrocado por un contragolpe que le dio en el tafanario al golpe que fraguaba Mel Zelaya para convocar la Constituyente y perpetuarse en el poder.
Como consecuencia de la derrota aplastante el 30 de noviembre, el PLR ha quedado desubicado, igual que queda aturdido el boxeador tras recibir un gancho al hígado o un cruzado a la mandíbula. Es natural que, lo que le sobreviene al PLR, es un despedazamiento interno, una lanzadera de culpas y reproches dirigidos todos contra Mel Zelaya, el precio que deberá pagar por actuar como propietario de una empresa, de una hacienda, de un negocio cualquiera, o de cualquier otra cosa, menos de un partido político institucional. De manera que, el PLR solo podrá sobrevivir a la crisis profunda que le ha producido la aplastante derrota sufrida ante los dos partidos históricos, si logra reconfigurarse como un partido politico democrático, con las mismas instancias de un partido moderno, donde decida la mayoría de la militancia y no sujeto al capricho intuitivo de un cacique o propietario.
El reclamo de Rasel Tomé es la cuchillada más hiriente que ha cortado la yugular del PLR. Rasel Tomé fue el actor clave que determinó que el PLR se apoderara de la conducción del Congreso, al sacar a fuerza de golpes y empellones a la directiva electa legalmente por el pleno del Congreso Nacional e instalar en la presidencia a Luis Redondo, un político inescrupuloso, sin madre ni principios, dispuesto a actuar como sirviente de Mel Zelaya con tal de que le permitieran manejar el millonario presupuesto del Poder Legislativo a su gusto. Gracias a Rasel Tomé, quien asumió una responsabilidad grave por la que deberá responder a la justicia, es que el PLR nombró desde el Congreso a todos los funcionarios claves en el Poder Judicial, Ministerio Público, PGR y demás.
Herido en su propio orgullo, Rasel Tomé, que fue ninguneado por el propietario del PLR, hoy es el detonante que estará en todo momento en contra de Mel Zelaya y su recua. Pero, gracias al cuestionamiento de Rasel Tomé es que el PLR podrá encontrar la ruta para estructurarse como un partido democrático y dejar de ser una hacienda o empresa particular como lo fue desde que el presidente Porfirio Lobo se lo entregó como juguete de diversión a Mel Zelaya. Hoy, a raíz de la paliza electoral que le propinaron los dos grandes partidos históricos, el PLR durante cierto tiempo quedará convertido en despojos políticos, dando palos de ciego, como queda el tuerto por falta de vista sin saber dónde queda la puerta de entrada y la puerta de salida.
Si Mel Zelaya llegara a empecinarse en seguir manejando el PLR como si fuera su hacienda particular, posiblemente llegue el momento en que, por agotársele las baterías, deberá rendir la jornada de la vida, y ya, sin Mel Zelaya como cacique, el PLR llegará al fin de su existencia como estructura política caudillista. Así que, como toda organización política, el mejor momento para reestructurarse es después de una derrota. Pero, en el PLR todo dependerá si Mel Zelaya acepta darle vuelta a su cabeza haciéndola girar hacia el frente, para ver el futuro y no quedarse hundido en el pasado achacoso de Fidel Castro y Hugo Chávez, que por sus malas ejecutorias han pasado al olvido.
Muchos pudieran pensar que para Honduras lo mejor es que el PLR desaparezca del todo, pero no ocurrirá así, los vestigios de Mel Zelaya seguirán rondando y podrían convertirse en el cascaron para que un militar mesiánico que quedo incubado entre las 15 promociones del 2009 al 2025, que sin duda fueron penetradas por Mel Zelaya, pudiera emerger en corto tiempo como un líder arrogante, estilo Roosevelt Hernández, imitador de Hugo Chávez, aprovechando los errores de los politicos desaforados, como ya los estamos viendo, proclamándose como el nuevo paladín contra la corrupción. Entenderán nuestros amigos, porque es preferible que el PLR se convierta en un partido politico democrático y deje de pertenecer a la estirpe de estructuras caudillistas como es ahora.
Así son las cosas y así se las hemos contado hoy viernes 12 de diciembre de 2025.
