
Es de imaginar que para la mayoría de las personas que militan en la izquierda, el sector empresarial es insoportable, porque, como los empresarios por su actividad económica logran cierta independencia, si bien su giro es la venta de bienes y servicios en los que el gobierno es un cliente indispensable, los empresarios pueden sobrevivir con sus actividades, productos y servicios dirigidos a una clientela privada. Este reducto empresarial que vive sin depender de las compras del gobierno logra mantener su identidad y su dignidad sin tener que arrodillársele al gobierno. Esto es algo que se refleja en la última edición del Barómetro Electoral del COHEP, divulgado esta semana, en el que se refleja el sentir y pensar del empresariado hondureño respecto a la marcha del país, los pobres resultados del gobierno y la aceptación de los empresarios consultados sobre las propuestas de los candidatos presidenciales.
Lo que más nos ha impresionado de la última aparición del Barómetro es el espíritu hipercrítico de los empresarios hondureños sobre el actual orden de cosas y especialmente sobre los acontecimientos, una opinión que no es gregaria, es decir, no es un pensamiento en manada o en rebaño, se nota que hay disensos, pero orientados a que Honduras pueda salir del atolladero que se ha profundizado por los desaciertos preconcebidos del Gobierno de Xiomara Castro.
Para el caso, la mayoría de los empresarios consultados considera que no ha existido en el actual gobierno una política eficaz contra la extorsión, con lo cual se interpreta que todo aquello que no se prohíbe o no se ataca es porque se está de acuerdo y se le permite. Hay aspectos en que los empresarios tienen una visión favorable como las facilidades para ciertos tramites, acceso a créditos públicos para MIPYMES, aunque más del 66 por ciento califica de impacto negativo que el gobierno se haya desentendido del TPS, que al interrumpirse deja a unas 155 mil familias en situación precaria.
Una buena parte de los empresarios opina que la relación con China Continental no ha generado beneficios económicos reales y más bien ha servido para tensar las relaciones con EEUU, y apenas un 18 por ciento cree que todavía pueden haber oportunidades de exportación con China. El dato más impresionante que ofrece el Barómetro del COHEP es que casi el 93 por ciento de los empresarios consultados considera que es necesario un cambio de Gobierno en Honduras y que los atributos clave que deben adornar a un candidato para que sea confiable son honestidad, transparencia y propuestas claras para el sector productivo.
Conviene resaltar que la porción de empresarios consultados en el Barómetro es casi de mil, que no es una cantidad pequeña, porque, además en lo cualitativo, los afiliados al COHEP son aquellos empresarios que han logrado desarrollar con éxito sus actividades y que pueden ser considerados el sumun, es decir lo más connotable y sobresaliente del sector empresarial de nuestro país. Estos empresarios son los que han vencido los valladares oficiales y privados logrando no solo sostener sus empresas, sino un crecimiento que varía según el rubro que explotan.
Es seguro que al gobierno le choque la aparición del Barómetro Electoral del COHEP, pero los empresarios como contribuyentes son la fuente principal de contribuciones que percibe el fisco a través del SAR, son aportantes decisorios que forman la gran masa tributaria que nutren el presupuesto nacional, por lo tanto, nadie como los empresarios con el mayor derecho para situarse en la línea crítica para demandar del gobierno una mayor retribución en concepto de atención como contribuyentes.
A los gobiernos les cae como la gota gorda que los empresarios se atrevan a criticarlo, pero al actual más que a cualquier otro, le resulta doloroso que una empresa salga adelante, porque como el objetivo del PLR es aumentar la pobreza, para que hayan más pobres que dependan del gobierno, los empresarios se convierten en un conglomerado insoportable al que hay que chuparle más a través de los impuestos, por eso la obstinación demencial del PLR de aprobar la mal llamada Ley de Justicia Tributaria, que en el fondo es un mecanismo para succionar más dinero de las empresas para los proyectos políticos del PLR.
Así son las cosas y así se las hemos contado hoy jueves 11 de septiembre de 2025.