EL MAPA POLÍTICO HONDUREÑO

Hay que mirar bien el mapa político hondureño. El comportamiento de los actores es tan decisivo en unas elecciones como la aritmética. Sobre todo, en un escenario tripartidista, donde uno de los partidos quiere imponer sus reglas contra las leyes institucionales que están supeditadas a la Constitución de la República. Es en este escenario donde las fuerzas contendientes, en más de la mitad de los pasos del proceso electoral, con un cuello de botella que es el PLR, que, por su condición de ser un partido populista, es una fuerza que actúa como un cedazo que trata de colar a su favor una parte muy significativa del sufragio. ¡Y qué parte! 

El PLR o LIBRE, no quiere la verificación humana del voto, porque según su criterio dictatorial, ese proceso puede esconder un fraude de los partidos de oposición. Esta es la mentalidad del culpable, quien acusa a otros de usar los métodos fraudulentos, es porque los practica. O lo que es lo mismo, el que las usa se las imagina. El resto del mapa electoral, indefectiblemente esta fuera del alcance de los ciudadanos, que en condición de electores esperan confiados el día de las elecciones para acudir a depositar su voto sin esperar que factores como los militares escondan las urnas y que elementos malillas del partido gobernante se sumen a los operativos tradicionales para amañar la votación en las urnas.

Dicho de otro modo, en una elección como la que tendremos en noviembre, puede que no todos los votos cuenten o no todos se podrán contar de la misma manera, porque casi siempre el partido gobernante tiene herramientas a su mano para trastocar el proceso electoral. Por eso resulta importante que todos los ciudadanos tratemos de entender lo que está en juego cuando el PLR demanda de manera amenazante que si no se cambia el TREP como le conviene, no habrá proceso y de remate amenaza con lanzar 30 mil colectivos que reconocidos por su espíritu vandálico son elementos que actúan como guerrilla, que podrían generar una reacción de los sectores de oposición, porque en estos casos los del otro lado, donde hay toda clase de ciudadanos, no se quedaran de brazos cruzados.

La mayoría de los hondureños es gente pacífica, pero aun los más amables y tranquilos cuando se sienten agredidos están dispuestos a reaccionar y a responder. Esa inmensa mayoría de hondureños está dispuesta a acudir a las urnas, pero quiere elegir sin imposiciones de otro sector que se deja guiar por la violencia y la arbitrariedad. Los hondureños no aceptaran que abiertamente el PLR imponga sus reglas a su conveniencia, los lideres liberales y nacionalistas tienen en cuenta esta actitud digna de los ciudadanos. Las elecciones en Honduras se desarrollan por el mecanismo de los resultados mayoritarios, lo cual solo es relativamente cierto porque depende de las diferencias porcentuales con las más pequeñas.

Por lo general, al momento del escrutinio la proporcionalidad de los electores en los departamentos determina el número de diputados entre uno y otro departamento, que es fundamental para la integración del Congreso Nacional. El PLR acusa que las elecciones del 2017 fueron afectadas por el fraude, pero hay indicios serios que en las elecciones de 2021 hubo un manipuleo interno en el sistema del CNE, que hace dudar que el resultado de ese año no arrojo la ventaja que se dio a conocer al final. Si el sistema de transmisión de datos es manejado por expertos que saben acomodar los resultados a conveniencia, como se ha venido haciendo en Venezuela, desde ahora hay muchas dudas que indican que tendremos el 30 de noviembre un mapa electoral que pudiera no reflejar la voluntad de los ciudadanos.

Por eso es fundamental la verificación humana, para garantizar a todos los partidos que los resultados reflejen la voluntad de los electores. El PLR no tiene razón para rehuir a la verificación, eso es oponerse a tener un proceso electoral transparente. En una elección cada ciudadano vota, obviamente atendiendo sus propias preferencias, pero cuando se exige votar despreciando las reglas que garantizan la pureza de la elección, sin tener en cuenta que hay indicios que el partido de gobierno está haciendo todo lo posible para aprovecharse de tener todas las instituciones a su favor, incluyendo los militares, equivale a aceptar que debemos votar como quiere el partido oficialista, que quiere que los ciudadanos acudamos como borregos que van directamente al matadero a que les corten la cabeza.

El gobierno del PLR está destrozado por la impopularidad que le ha caído encima por tanto escándalo de corrupción y por su ineficacia en los casi cuatro años de desgobierno. El gobierno del PLR está procurando incluso que muchas personas no acudan a votar, porque la abstención de los ciudadanos favorece a la candidata Rixi Moncada, que está superada con creces por los candidatos de oposición Salvador Nasralla y Nasry Asfura.  

En apariencia ya no hay posibilidad de conformarse una alianza o una coalición entre los partidos de oposición, pero todavía sobre este punto no todo está dicho. Hay tanta decepción en la ciudadanía respecto al gobierno del PLR, que la gente ansia que haya un cambio de gobierno a partir de enero del 2026. Y cuando a la gente se le mete en la cabeza que hay que sacar al que le hace la vida imposible desde el gobierno, por inercia termina haciendo una coalición de manera espontánea, volcándose en favor del candidato que toma la delantera, provocando una avalancha masiva de votos en su favor.

Así son las cosas y así se las hemos contado hoy martes 29 de julio de 2025.