CUENTOS Y LIBROS ABSURDOS

En la literatura hay capítulos enteros de obras absurdas que son verdaderos disparates, cuyos autores son personas que se aferran a contar sus aventuras, que por lo general responden a irrealidades, propias de mentes que rebalsan de confusión, pero que, pretenden exponer como una especie de compendio que puede transformar, aunque su contenido sea una retórica malsana. Por lo general, ciertos personajes que buscan elevarse como Mesías, son los que buscan incrustarse de esa forma en la historia, forzando la aceptación de narrativa de hechos provocados para cambiar indebidamente el curso de la vida de los países. Estas son las llamadas obras absurdas en el contexto de la literatura, mismas que por no poseer ningún tipo interesante de enseñanza o conocimiento son auténticos bagazos literarios que no caben en ningún anaquel ni mucho menos en una biblioteca.

El libro del expresidente Mel Zelaya que, según las autoridades debe ser lectura de carácter obligatoria para los niños en las escuelas, cae en esta contemplación que pone las cosas en su lugar, porque toda lectura que se establece como parte del contenido programático de los programas educativos, debe ser producto de las estimaciones de rigor de los expertos en educación. No hay que rayar en la ignorancia, el libro del expresidente Zelaya no es una obra de contenido educativo, es una obra de relatos políticos particulares que nada aportara a la formación educativa de nuestros niños. En todo caso, el libro puede tener cabida en las bibliotecas de los centros educativos donde se puede encontrar desde la literatura más valiosa hasta la más absurda, que puede interesar a ciertos lectores. Porque la virtud de toda buena biblioteca es que tiene obras diversas, de diverso contenido, de buenos, regulares y malos autores. Todo depende de la valoración que le otorgue el director de la biblioteca, aunque cuando Borges fue director de la Biblioteca de Buenos Aires, era famoso por su rigurosidad de no aceptar basura literaria en los estantes de aquel prestigioso centro de lectura.

No hace bien el Gobierno de la Presidente Xiomara Castro en contaminar los programas educativos forzando la lectura del libro que contiene los relatos políticos de su esposo el expresidente Mel Zelaya. Este tipo de libros por lo general están llenos de inexactitudes, exageraciones y mentiras, porque como son producto de la mente febril de los políticos, las situaciones y hechos que forman la narrativa son invenciones acomodadas para hacer del transgresor un héroe y para volver elementos celestiales a personajes que son visibles por el tridente que caracteriza al mero diablo.

Como es una obra apartada por completo de todo contenido educativo, al imponerse como lectura obligatoria para los niños constituye una flagrante violación a la Constitución y a las leyes del sistema educativo hondureño, de manera que basta que un simple padre de familia, o una organización de padres de familia, o una organización de instituciones educativas, interponga el correspondiente recurso legal, para que sea un tribunal el que se pronuncie prohibiendo la disposición de carácter impositiva de obligar a los profesores y a los niños a hacer una obligación la lectura y discusión del libro del expresidente Mel Zelaya.

El empecinamiento de obligar a aceptar lo absurdo corresponde al comportamiento de los políticos populistas, que actúan en base a un análisis teórico que no responde a la realidad sino al interés particular, que por lo general está ligado al propósito de aferrarse al poder. Mal haría el Estado hondureño y la sociedad en general en observar un silencio cómplice ante la degradación que produciría en el sistema educativo, incorporar una obra de mero contenido político como lectura obligatoria de los niños, porque eso solo se hace en regímenes totalitarios, empecinados en adoctrinar las mentes infantiles para crear un nuevo modelo de vida totalmente opuesto al sistema de vida democrático contemplado en nuestra Constitución de la Republica.

Si ese es el propósito del expresidente Mel Zelaya, de deformar la mente de nuestros niños, de antemano debe saber que la gran mayoría de la sociedad repudia esa intención y lo más seguro es que, aunque lograra su cometido, debido al control casi absoluto que tiene de las instituciones, los padres de familia le harán la contra a las malsanas enseñanzas que propaga el libro de Mel Zelaya, haciéndoles ver a sus hijos que aunque reprueben esa clase, será más provechoso que su asimilación negativa. Y muchos maestros se encargarán de poner el contenido de la obra en su lugar, explicando a los niños como ocurrieron en realidad los hechos en el 2009.

Ese tipo de objetivos del populismo, como es el hecho de imponer la lectura del libro de Mel Zelaya, es una estrategia light, porque los maestros conscientes y la inmensidad de padres de familia se encargarán de que el libro de Mel Zelaya, de puro contenido demagógico, se quede dónde debe estar, que es el cesto en el que se deposita todo aquello que no sirve de nada.

Así son las cosas y así se las hemos contado hoy viernes 2 de mayo de 2025.