
The New York Times reportó que Estados Unidos concentró tres aviones de ataque en el aeropuerto internacional de Comalapa, El Salvador: un AC-130J Ghostrider para ataques tierra-mar, un P-8A de reconocimiento naval y un C-40 Clipper.
Imágenes satelitales y dos oficiales anónimos confirmaron que las aeronaves, arribadas en agosto, realizan misiones antinarcóticos en la región, con el P-8A ejecutando seis vuelos y los otros uno cada uno.
El despliegue coincide con operaciones navales en el Caribe contra carteles, con 19 ataques y 69 muertos reportados. Se espera la llegada del portaaviones Gerald R. Ford. Ni EE.UU. ni El Salvador han comentado públicamente.
