ROOSEVELT: ¿POR QUÉ NO TE CALLAS?

El grado de insolencia con que actúa Roosevelt Hernández al pretender tener la batuta de las elecciones, queriendo disponer de lo que se va a hacer en cuanto al transporte de las urnas y material electoral, es un irrespeto al Consejo Nacional Electoral, al entrar a la recta final del proceso electoral hondureño. La Constitución de la República es precisa respecto al papel de las FFAA en las elecciones. «A efecto de garantizar el libre ejercicio del sufragio, la custodia, transporte y vigilancia de los materiales electorales y demás aspectos de seguridad del proceso, el presidente de la República pondrá a las FFAA a disposición del CNE, desde un mes antes de las elecciones hasta la declaratoria de las mismas.

Roosevelt Hernández parece que no quiere entender que estar a disposición del CNE significa estar bajo el mando del máximo organismo electoral, y que, durante el período de los 30 días finales del proceso electoral, el papel de las FFAA es ejecutar las instrucciones que emanen del máximo organismo electoral. Una de sus obligaciones es abstenerse de opinar o dar declaraciones sobre los diferentes aspectos del proceso, porque siendo una institución obediente y no deliberante, el rol de la institución castrense le obliga a no estar ofreciendo declaraciones, ni asumiendo posiciones, aparentando ser los responsables de dirigir y administrar las elecciones. Ha hecho muy bien la presidente del CNE, Ana Paola Hall, en llamar al orden a Roosevelt Hernández, recordándole que es la presidente del CNE a la que corresponde llevar la voz de mando y dirección de las elecciones.

Al atreverse a actuar con voz de mando, Roosevelt Hernández raya en la insolencia, mostrando un afán de prepotencia con el que busca imponer una falsa autoridad que no infunde respeto sino rechazo y repugnancia, porque, el afán de lucirse como mandamás no lo hace ver siquiera como un chafarote de cerro sino como un chafallón de baja categoría, que no lo hace merecedor de respeto entre los civiles y en muchos de los subalternos. De allí que, la reprimenda de que ha sido objeto por la señora presidente del CNE, Ana Paola Hall, llamándolo al orden, se lo tiene más que merecido. 

¿Dónde está el problema de Roosevelt Hernández? Al definirse como político ya no actúa como un militar de alto rango sino como uno más de la manada política de Libertad y Refundación, un hecho que no necesita demostrarse porque Roosevelt ha sido confeso al expresarlo en una declaración recogida en las redes sociales. A partir de ese momento, Roosevelt se situó fuera de los cuarteles de las FFAA, poniendo su mira para establecer su futuro en el proyecto político de largo plazo de Libertad y Refundación. Por lo tanto, los militares hondureños deben tener presente que en Roosevelt Hernández ya no tienen a un jefe militar sino a un político que cifra su futuro en una esfera distinta a la milicia.

Roosevelt Hernández ya no es garantía al mando de la institución castrense, llegó a romper la regla democrática de oro que legó a las FFAA el desaparecido héroe de la guerra del 69, Gral. Policarpo Paz García, cariñosamente conocido por los hondureños como «Polo Paz», que al culminar su período como jefe de la Junta Militar en 1980, cerró su discurso de despedida con el que ordenó el memorable repliegue de los militares a los cuarteles, abandonando la vida pública, con la expresión: «soldado Policarpo Paz García, misión cumplida». El Gral. Polo Paz García dio un paso patriótico, al hacer que los militares volvieran a donde les correspondía estar conforme la ley, a la vez que fue por su excitativa, que los partidos políticos reasumieron la actividad política sin ninguna injerencia o presencia militar.

Esa histórica decisión del Gral. Polo Paz García, hizo que las FFAA recuperaran el respeto de los hondureños, mismo que hoy está por los suelos por culpa de un chafallón ambicioso que tiene aspiraciones políticas en un proyecto autoritario y antidemocrático. Los militares honestos, que suponemos son la mayoría, han de sentirse ofendidos por el comportamiento de Roosevelt Hernández, que ha descendido a la miseria de humillar a aquellos subalternos que no comparten que use a las FFAA para lograr objetivos políticos confesos. Y porque entienden que las FFAA politizadas pierden su esencia natural y jurídica de ser defensores y garantes de la soberanía nacional y de la vida democrática. Y, además, porque las FFAA politizadas se exponen a que su patrimonio, que es el futuro de todos los militares, activos y en retiro, pase a poder de un proyecto politico autoritario, en el que las FFAA desaparecen para convertirse en un reducto que es propiedad de un hombre fuerte. Y esto, ya ha generado malestar en los cuarteles. Por eso, con todo el derecho que nos asiste como ciudadanos, le decimos: Roosevelt ¿por qué mejor no te callas?

Así son las cosas y así se las hemos contado hoy martes 4 de noviembre de 2025.