
Hace algunos años una firma aseguradora de la capital acostumbraba a tener una campana en las fechas previas a la Semana Santa, cuando tradicionalmente los hondureños se movilizan para disfrutar la semana mayor como período vacacional intermedio, en que miles de personas aprovechan para regresar a sus lugares de origen y otros con más posibilidades económicas que pueden disfrutar de los sitios turísticos hondureños donde hay mucho qué apreciar. La campaña tenía sentido preventivo, persistía en que no había que apurarse en la carretera porque las playas, las palmeras, el mar, los restaurantes, estaban allí esperando a los visitantes y nadie los movería, por lo tanto, ¿cuál era el apuro por llegar?
Hoy, esa interrogante la tomamos para preguntarle al consejero del PLR en el CNE: ¿cuál es el apuro por contar con una empresa seriamente cuestionada en materia electoral?, por un lado, y gravemente acusada por autoridades de otros países, que no la hacen merecedora de la confianza que se le está dando en Honduras, para que se encargue de aspectos importantes del proceso electoral hondureños del 30 de noviembre. En Filipinas se le levantó una acusación de haber pagado sobornos, por lo que está encausada en los tribunales por delitos de gran cuantía. En Estados Unidos se le entabló acciones por haber pagado sobornos a funcionarios del CNE de Venezuela, comenzando por su presidenta la extinta Tibisay Lucena, a quien Smartmatic le habría otorgado una residencia valorada en varios millones de dólares.
¿Cómo una empresa con semejantes antecedentes pudo entrar en el proceso electoral hondureño y lograr que se le adjudique un aspecto delicado como es la identificación de los votantes, que es clave para tener unas elecciones transparentes o amañadas? El consejero Marlon Ochoa, representante del Partido LIBRE, es el que se ha batido para contratar a Smartmatic. En nuestra elección del 30 de noviembre, la única candidata que no firmó el compromiso anticorrupción del CNA, fue Rixi Moncada, y sin embargo se parte el pecho diciendo que promete luchar contra la corrupción. ¿Cómo una candidata que rehusó firmar ese compromiso específico anticorrupción puede presumir que estará dispuesta a combatir la corrupción? Esto es ilógico, porque quien no asume un compromiso para un objetivo tan necesario como es luchar contra la corrupción, no se puede esperar que, de llegar a asumir el poder del país, será una abanderada contra ese terrible flagelo, siendo que actualmente se le señala por haber formado un feudo familiar, paralelo a la familia gobernante, que monopoliza una vasta cantidad de cargos públicos importantes. Tanto es así, que hasta se dice que el verdadero «familión» es el de los Moncada.
Si se quisiera adecentar el país, ¿cuál es el apuro de tener una empresa en una delicada función del proceso electoral, teniendo los más bochornosos cuestionamientos en varios países? No tenemos ninguna prueba fehaciente en contra de Smartmatic, empresa venezolana-estadounidense, solo nos basamos en las demandas que le han interpuesto en otras partes. Pudiera ser que Smartmatic, aunque tiene poca experiencia en la materia, tenga la capacidad técnica para realizar un buen trabajo en el sistema de identificación biométrica, que fue la parte que gano en el CNE, aunque fue la única empresa oferente que se presentó para la biometría.
El asunto es que el gerente de Smartmatic, señor Roger Peñate, fue acusado por agentes federales de EEUU, por cometer delitos graves como sobornar a funcionarios, contra los cuales Peñate ha respondido con su defensa legal. El caso es que resulta una paradoja que una empresa que ha sido seriamente cuestionada en otros países haya sido la elegida en Honduras para la identificación de los ciudadanos que votan. Este contrasentido solo se pudo dar en Honduras, agregando que ahora, el consejero del PLR, Marlon Ochoa ha llegado a perder el juicio pidiendo que el proceso de conectividad le fuera adjudicado a la Smartmatic, cuando fue otra empresa la que gano por ofrecer este servicio. Ochoa se mantuvo alegando que la empresa ganadora ofreció un valor muy bajo en relación a los precios del mercado y aunque Smartmatic cobraba mucho más alto, para Marlon Ochoa es la indicada. En las últimas horas trascendió que Smartmatic se retiró del proceso de conectividad quizás para evitar que se pusiera en riesgo el sistema de biometría que ya tiene asegurada.
En medio de estas refriegas, a los hondureños que quedamos en el plano de electores, solo nos queda confiar en la entereza, tanto moral como cívica, de las dos consejeras que representan a los partidos democráticos, Liberal y Nacional, Ana Paola Hall y Cossette López, dos profesionales comprometidas con Honduras y con nuestro sistema democrático. Les toca lidiar con el consejero Marlon Ochoa, que se ha desnudado con toda su bajeza, actuando como un mastín de garra del PLR, olvidando que tiene una responsabilidad ciudadana. Sus hechos lo condenan con su conducta de hostigamiento, su desconocimiento y su irrespeto a la ley, evidencian que su compromiso es hacer lo que le ordenan para boicotear el proceso electoral, llegando a poner en riesgo el sagrado derecho que tenemos todos los hondureños de acudir a las urnas para elegir al candidato que consideramos es el más conveniente para gobernar a nuestro país.
La respuesta a la pregunta que formulamos al inicio: ¿cuál es el apuro? va formulada al consejero Marlon Ochoa, que carga con la pesada cruz que la ha impuesto el líder del PLR, que es hacer todas las marrullerías posibles que faciliten un fraude contundente que haga ganar a Rixi Moncada. Un fraude que igual que el monstruo de las mil cabezas, tiene muchas aristas. Una de ellas es desestimular a los ciudadanos, haciéndoles creer que Rixi ya ganó. Eso explica la treta de divulgar papeletas marcadas en favor de Rixi, algo absolutamente burdo pero que puede desanimar a los ciudadanos que viven desconectados.
Así son las cosas y así se las hemos contado hoy viernes 24 de octubre de 2025.
