
Hay unas palabras de Paul Valery que no pierden vigencia en el tiempo, y que ahora cuando estamos sumergidos en una nueva crisis política, tapándonos la cara con ambas manos por el miedo, como si hubiéramos recibido un puñetazo, no dejamos de recordar la conclusión de Valery, cuando nos damos cuenta que si no adoptamos una actitud inteligente, resultaremos víctimas de la horrible facilidad de caer derrotados por los que se han vuelto especialistas en destruir. En primer lugar, tenemos que recordarles a todos los actores y no actores del acontecer político, que lo mejor que se puede hacer en este momento es mantener el buen juicio político, caso contrario, actuar en forma desjuiciada es concederle en bandeja de plata la ventaja al que busca impresionarnos por medio de la intimidación.
El conflicto en el CNE no debe ser el final de Honduras, podemos aceptar que es una conspiración del sector que a toda costa quiere mantenerse en el poder y que cree que puede lograrlo en el momento que nos alinee a todos los demas, en el escenario del caos, donde los ciudadanos podemos ser frágiles, y ser destruidos con facilidad. Concederles la ventaja al caer presas del nerviosismo por el miedo, estado desde el cual se dicen muchas cosas sin pensar, es algo que tendríamos que lamentar sin poder remediarlo en el momento que hayamos perdido el control de la situación.
El CNE se ha convertido en el centro de la discordia y la disputa, donde dos consejeras valientes se han plantado en la defensa del cumplimiento de la ley, solo que los sectores que representan no han podido entender cómo hacer la tarea difícil que les toca desempeñar a ambas consejeras. Y han terminado por ponerlas en aprieto a ambas, todo porque ni uno ni otro partido han podido interpretar correctamente que es lo que corresponde hacer y cómo hacerlo, para sacar adelante al CNE en el desarrollo del cronograma electoral. Lo último que está pasando, con la intromisión ilegal como inaceptable del Ministerio Público, una acción teledirigida desde el alto mando del PLR, es inflamar un conflicto interno entre las dos consejeras del CNE.
El papel del PN y del PL es apoyar a las dos consejeras, pero, contribuir a magnificar el miedo que desde el Partido LIBRE (PLR) están disparando contra las consejeras, con acusaciones cruzadas, solo favorece al sector que pretende hacer del miedo su arma para dividir a la oposición. El diálogo debe comenzar entre los dos partidos de oposición, en primer lugar, evitando las contradicciones entre los funcionarios vítale, que en este momento son las consejeras de los partidos democráticos. En el momento que el PN y el PL entran a tirarse de las greñas, el gran ganancioso es el tercer partido, que elude el diálogo porque lo suyo es la discordia y el caos.
Nada ganan nacionalistas y liberales lanzándose acusaciones entre ambos, en momentos que el PLR se llena de júbilo y celebra viendo como desde un partido acusan a la consejera liberal de estar retrasando el proceso cuando no es así, porque debe tomarse en cuenta el criterio legal que tiene cada representante, partiendo del espíritu de la ley. Los partidos democráticos no deben perder el buen juicio que solo se logra manteniendo la serenidad. El gran enemigo de Honduras en este momento histórico no es ningún partido democrático, pero, en el momento en que entre ambos partidos empiezan a tirarse flechas, uno contra el otro, trabajan en favor del otro partido, el PLR, que es muy habilidoso para sembrar el caos por medio de la instauración del miedo.
Los partidos democráticos deben evitar caer bajo un shock provocado por las medidas arbitrarias tomadas por el gobierno, las ultimas que han sido encargadas al Ministerio Público usando de pivote al fiscal general, son transgresoras de la ley. Ni el fiscal general ni el Ministerio Público tienen facultades legales para entrar al CNE a sustraer documentación, lo que hoy anunció el señor Johel Zelaya, hasta de llegar a ordenar la detención de las consejeras si se oponían a la sustracción de documentos, es un abuso de autoridad por lo cual puede ser objeto de una acusación y hasta una demanda de orden criminal.
Pero, las acciones de los partidos democráticos se debilitan si en lugar de aunar esfuerzos, terminan enfrascados en acusaciones cruzadas que no contribuyen a recuperar el ritmo que requiere el cronograma electoral. El PLR se ríe en el fondo, al ver que su objetivo de echar a pelear a nacionalistas y liberales, camina sobre rieles. Los hondureños queremos tener elecciones limpias y transparentes, pero este sueño puede quedar truncado si los dirigentes de los partidos democráticos, en lugar de fortalecerse en su propósito de defender el proceso electoral, con sus peleas trasnochadas terminan haciéndole el juego al partido PLR, que es su verdadero adversario.
Así son las cosas y así se las hemos contado hoy miércoles 30 de julio de 2025.