
Un trágico suceso sacudió la aldea La Cuesta de la capital, donde los cuerpos sin vida de dos agentes policiales, Edwin Geovany Torres Sanabria y Arely Yaritza Matamoros Álvarez, fueron hallados dentro de un automóvil. Según las autoridades, el crimen estaría motivado por problemas pasionales, específicamente por celos obsesivos y una relación intermitente marcada por conflictos. Torres, asignado como motorista del director del Distrito Policial de Zonal Belén, habría asesinado a Matamoros antes de quitarse la vida, en un caso que los investigadores describen como celopatía patológica, caracterizada por dependencia emocional extrema y comportamientos posesivos.
Las investigaciones preliminares revelan que Torres recogió a Matamoros la noche anterior al crimen, tras invitarla a salir, y desde entonces se perdió el contacto con ambos. Familiares de las víctimas confirmaron que la pareja tenía una relación inestable, con peleas frecuentes y reconciliaciones. Las autoridades descargarán el contenido de los teléfonos de los occisos para confirmar la hipótesis de violencia íntima letal. Torres deja cinco hijos y una hija en el extranjero, mientras que Matamoros era madre de cuatro hijos. La policía continúa recopilando evidencia para esclarecer los detalles de este lamentable hecho.