El Ministerio Publico dio a conocer la incautación de 126 bienes de procedencia ilícita a núcleo familiar.

El Ministerio Público de Honduras ha intensificado su lucha contra el crimen organizado con la continuación de la Operación Linaje por segundo día consecutivo. Esta operación, dirigida por la Fiscalía Especial Contra el Crimen Organizado (FESCCO) y la Dirección de Lucha Contra el Narcotráfico (DLCN), ha llevado a cabo acciones de privación de dominio sobre 126 bienes considerados de origen ilícito en los departamentos de Cortés, Copán e Islas de la Bahía.

Durante la jornada anterior, se realizaron 12 allanamientos de domicilios como parte de esta operación. Entre los bienes objeto de la acción se encuentran 52 inmuebles, 27 sociedades mercantiles, 10 constituciones de comerciante individual, 37 vehículos y productos financieros. Destaca el aseguramiento de cuentas bancarias, con un total monetario que supera los 61 millones de lempiras y más de 1.8 millones de dólares, con el apoyo de la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) de la Comisión Nacional de Bancos y Seguros (CNBS). Además, las instituciones bancarias han informado sobre operaciones sospechosas relacionadas con este caso.

La investigación que dio origen a esta operación surgió a partir de una denuncia sobre el presunto blanqueo de capitales de origen ilícito por parte de las familias Moreno Alvarado y Alvarado Alvarado. Detectives de la DLCN lograron identificar una serie de actos financieros que carecían de justificación económica, relacionados con la adquisición de bienes raíces y la construcción de edificios pertenecientes a estas familias.


En este contexto, se ha identificado la participación de Ana María Alvarado Lara y su hija Ana Karina Moreno Alvarado en la adquisición de condominios. Ana Karina, quien está casada con el guatemalteco José Rafael Penagos, también se ha vinculado a negocios dudosos con terceros. Asimismo, se ha señalado la participación de Miguel Ernesto Alvarado Alvarado, primo de Ana Karina, su madre Lilian Alvarado y su tía Sandra Alvarado en la compra del hotel Martell, ubicado en San Pedro Sula, por un valor que asciende a 20 millones de lempiras.