El amor y la amistad no conocen límites, y esto quedó demostrado en la historia de Otto y Russell, un niño y un cuervo cuya relación poco convencional ha cautivado a muchos. Mientras la madre de Otto, Luna, estaba ocupada trabajando, su novio se encontró con un cuervo aparentemente débil y delgado. A pesar de no ser una elección común como compañero, decidieron ayudarlo.
Inicialmente, intentaron encontrar ayuda profesional para el cuervo, pero al no encontrarla, optaron por llevarlo a casa y cuidarlo por sí mismos. Bautizado como Russell, el cuervo encontró en Otto y su familia un hogar temporal donde recibió cuidados hasta que se recuperó por completo. Sin embargo, incluso después de mejorar, Russell decidió quedarse.
La conexión entre Russell y Otto fue instantánea y profunda, convirtiéndose en compañeros inseparables. La presencia de Russell no solo brinda compañía al pequeño Otto, sino que también representa una oportunidad única para que él experimente la naturaleza de una manera especial. Esta inusual amistad ha demostrado que los lazos entre especies pueden ser tan fuertes y significativos como cualquier otro.