El domingo marcó el final de la primera misión análoga tripulada en Marte, CHAPEA, realizada por la NASA en el Centro Espacial Johnson.
Durante un año completo, cuatro voluntarios habitaron un hábitat simulado de 158 metros cuadrados que imitaba las condiciones marcianas.
Esta iniciativa no solo buscaba estudiar la adaptación humana en ambientes extremos, sino también preparar futuras misiones reales al planeta rojo.
El hábitat incluía una zona habitable con oxígeno respirable, pero también un exterior intransitable, simulando el ambiente marciano.
Durante este tiempo, los participantes enfrentaron desafíos como la gestión de recursos limitados, fallas en equipos, y retrasos en las comunicaciones, replicando las condiciones de una misión real.
Esta experiencia proporcionó a la NASA datos cruciales sobre el rendimiento físico y cognitivo en condiciones extremas, esenciales para planificar futuras expediciones tripuladas a Marte, previstas para la próxima década.