RETIRARSE DEL CIADI ES MAL CAMINO

Al retirarse del Centro Internacional de Arbitraje CIADI, el Gobierno de la Presidente Xiomara Castro ancla a Honduras en las profundidades de la desconfianza, lo que equivale a renunciar a la CICIH y una invitación directa a los inversionistas extranjeros para que se alejen de Honduras si piensan invertir, porque nadie con más de dos dedos de frente querrá venir a nuestro país como inversor sabiendo que no hay un asidero jurídico internacional que le garantice un reclamo en caso de surgir una controversia.

El mecanismo del CIADI surgió en el ámbito del Derecho Internacional Privado, como una instancia que garantiza los intereses de los inversionistas, avalado por diferentes organismos que pertenecen al orden económico mundial. Honduras se convirtió en suscriptor del CIADI, con lo que formó parte del contingente de países dispuestos a garantizar que los derechos de los inversionistas, una vez que los contratos hayan sido registrados en las dependencias respectivas del Estado, contemplen el respaldo de las leyes hondureñas así como los alcances de los convenios y acuerdos internacionales que hayan sido suscritos por gobiernos hondureños, y conforme Derecho hayan sido depositados en los organismos y foros internacionales.

Retirar a Honduras del CIADI es un retroceso en materia de confianza, que expone al gobierno actual de la Presidente Xiomara Castro a que en el ámbito internacional se le considere un régimen que no está dispuesto a sujetarse al cumplimiento de las normas y de los contratos que celebre con las empresas inversionistas. Será imposible que el gobierno pueda encontrar socios para el ferrocarril interoceánico, una obra de grandes magnitudes financieras que requiere de la participación de mucho capital público y privado para enfrentar el costo oneroso que sobrepasa los 10 mil millones de dólares. Y que, de conformidad a la naturaleza de la obra, tendrá centenares de riesgos que los inversionistas no querrán afrontar si no hay mecanismos de protección que garanticen el cumplimiento de los reclamos, que existen en este tipo de obras.

Además, la renuncia al CIADI es un portazo a la CICIH, porque un país que busca eludir el cumplimiento de las obligaciones contraídas como país en los negocios internacionales envía el peor mensaje en todas las direcciones. Nada es más desconfiable que un tramposo, y un país que busca ayuda en la inversión extranjera pero que al mismo tiempo rechaza sujetarse a los mecanismos que garanticen los derechos de los cooperantes, no es un país que se considere «buena ficha», como se dice en el lenguaje policial.

Renunciar al CIADI es el peor camino que puede escoger el gobierno de la Presidente Xiomara Castro al colocarse en la comodidad de no tener que rendirle cuentas a nadie cuando de manera unilateral crea que no hay por qué satisfacer un reclamo que haga una empresa inversionista. O, en el caso de empresas que ya estén funcionando en el país realizando obras amparadas en contratos debidamente suscritos y depositados, tanto en el ámbito nacional como internacional, por lo que hay una ineludible obligación de cumplir con lo contratado.

Uno de los temas de política económica más controvertidos en la actualidad se da en aquellos países gobernados por regímenes de izquierda, donde la ley es la palabra de los líderes a su conveniencia, que se alejan de la normativa fundamental. Por eso es que las grandes inversiones terminan alejándose de los países con este tipo de gobiernos, a los que no les es posible incentivar la actividad económica con la inversión extranjera, porque al no existir los mecanismos que amparen las inversiones privadas, Cuba, Venezuela y Nicaragua terminaron convertidos en paraísos de la pobreza.

Además, no hay que imaginarse el enorme agujero por la desconfianza que dejara el retiro por parte del Gobierno de Xiomara Castro del CIADI, porque poco a poco muchas de las empresas ya establecidas en Honduras, cuando vean que ya no habrá un asidero jurídico ante el cual interponer sus reclamos, tomarán el camino previsto: cerrar sus actividades y retirarse de Honduras, con lo cual pronto veremos un aumento en la escalada de desempeño que agravará más nuestra situación económica, en que para muchos hondureños, igual que ha sido para venezolanos, cubanos y nicaragüenses, la única salida es emigrar a EEUU.

Sin embargo, hay tiempo para rectificar este error mayúsculo. La Presidente Xiomara Castro se ha empeñado en seguir vendiendo la promesa de la CICIH, para lograrlo debe trabajar por mejorar el estado de confianza. Tenga la seguridad que renunciar al CIADI no le ayudará a cumplir la promesa de la CICIH y el costo electoral será el rechazo en las urnas en el 2025.

Así son las cosas y así se las hemos contado hoy lunes 4 de marzo de 2024.