EN DEFENSA DE NUESTROS MÉDICOS

Los médicos hondureños no merecen ser tratados con el menosprecio con el que los relega el Gobierno de la Presidente Xiomara Castro, al privilegiar a médicos cubanos que estamos seguros no están a la altura de los egresados de la Escuela de Medicina de nuestra Alma Máter. Hay centenares de médicos hondureños mejor formados que cualquier médico graduado en Cuba, y que no pueden encontrar una plaza en el sistema de salud de nuestro país, porque hay que tener padrinos políticos para que les abran una oportunidad en el ramo de Salud. Es obvio que traer médicos cubanos a nuestro país es por razones ideológicas y políticas, porque es la forma en que el Gobierno de Libertad y Refundación puede demostrar su afinidad con el gobierno de la isla que está pasando momentos de suma precariedad.

En materia de experiencia y práctica, los médicos hondureños graduados en la Escuela de Medicina superan a los cubanos en todo sentido, un criterio que lo sostienen médicos extranjeros que han venido a trabajar a Honduras. Hace unos años, el gerente del Hospital Medical Center, un médico retirado graduado en EEUU, nos dijo que admiraba a los médicos hondureños, por su capacidad de palpar el cuerpo humano para hacer un diagnóstico correcto, que en la medicina tradicional es fundamental, y que en EEUU ya no se acostumbra, porque en aquellos hospitales todo se lo dejan a las maquinas, que no tienen la sensibilidad hipocrática para diagnosticar un mal.

Despreciar a los médicos hondureños es una insensatez que solo puede tener cabida en las mentes calenturientas de funcionarios del actual gobierno, que aparecieron en el aeropuerto con los ojos sobresaltados y la saliva desperdigada, recibiendo a sus camaradas, algunos de los cuales pueden ser médicos capaces, pero en su mayoría, son agentes disfrazados con bata blanca, destinados a cumplir misiones que no tienen nada que ver con la salud y la medicina. 

Privilegiar la solidaridad por asuntos ideológicos es creer que la Escuela de Medicina del Alma Máter es un fracaso y que, por ello hay que contratar médicos cubanos, que han sido identificados más como sujetos políticos que como agentes de salud. En México se denunció este abuso, porque en el fondo es un abuso del gobierno, despreciar a nuestros médicos que se han formado en una larga etapa de estudios universitarios, la carrera más extensa y sacrificada que para los funcionarios del gobierno actual no son dignos de ser considerados para ocupar una plaza en el sistema de salud.

El mensaje que envía el gobierno a nuestros médicos es que por provenir de una escuela de medicina que es un fracaso total no tienen capacidad para responder a las necesidades de salud de nuestra población y que por ello no son dignos de ocupar una plaza en el sistema. Este, por supuesto, es el pensamiento embadurnado de ideología de los funcionarios radicales del gobierno del PLR, con el que descalifican a todos los hondureños que no comulgan con sus ideas, prefiriendo a extranjeros para que los sustituyan. Pero según los estudios realizados por nuestros médicos hondureños en la Escuela de Medicina de nuestra Universidad Nacional, está demostrado que tienen conocimiento más profundo para diagnosticar los males y para tratar a los pacientes.

En este caso, el Gobierno de Xiomara Castro actúa en la forma más injusta en la historia de la medicina hondureña; es posible que muchos de los médicos egresados y que hoy están abatidos por el desempleo, estén arrepentidos de haberle dedicado un hermoso tiempo de su vida a forjarse en la carrera universitaria más extensa y sacrificada como es la de Medicina. Obviamente esto es por culpa de la obnubilación ideológica de ciertos funcionarios del Gobierno del PLR, donde hay personas que son capaces de bajarse los pantalones para ofrecerles la parte extrema de su humanidad a sus camaradas cubanos que hoy pasan por una situación al extremo calamitosa como es la de acudir al Programa Mundial de Alimentos para comer.

Hasta ahora, los funcionarios del PLR que ponen de ejemplo a Cuba como ejemplo a seguir, no compaginan la admiración que sienten por el fracasado sistema cubano, al preferir que sus hijos vayan a formarse a universidades europeas. No dudamos que en Cuba haya buenos médicos, pero en todo caso no son mejores que los médicos hondureños formados en nuestra Escuela de Medicina, donde tienen lo que no hay en Cuba, suficientes cadáveres, para hacer una práctica anatómica que les permite estudiar en un escenario real el cuerpo humano, que es el principal laboratorio de práctica del médico.

La UNAH debió protestar por este desaguisado de contratar médicos cubanos, habiendo centenares de médicos desempleados, pero se ha llamado al silencio porque el nuevo rector es una pieza del gobierno puesto por decisión y apoyo oficial, por lo que responde más a los intereses del partido gobernante. La reacción del Colegio Médico Hondureño ha sido muy tibia, casi imperceptible, por la razón de que los nuevos directivos en su mayoría están empleados en el gobierno.

Así las cosas, al privilegiar la contratación de médicos cubanos en detrimento de los médicos hondureños desempleados, es porque el Gobierno de Xiomara Castro pareciera que considera un fracaso a la Escuela de Medicina. Los médicos hondureños, ni arrogantes ni resentidos, deben ser tratados por el gobierno como profesionales decentes, que viven, laboran, pasan trabajando y sueñan con aportar su trabajo al ramo de Salud. Ojalá hubiera una rectificación en el Gobierno de la Presidente Xiomara Castro y se reconociera el ámbito académico de nuestra Escuela de Medicina, que sigue formando buenos médicos dignos de ser acreedores de mayor consideración y no de menosprecio cuando se prefiere a médicos cubanos.

Así son las cosas y así se las hemos contado hoy miércoles 28 de febrero de 2024.