EL REBAÑO Y EL PODER JUDICIAL

La democracia es un sistema político de control de poder en beneficio de la libertad de los ciudadanos. Es un modelo que permite organizar la convivencia en donde se privilegia la libertad junto con la justicia, la igualdad y el pluralismo político, en que, el respeto al ordenamiento jurídico es fundamental. En el gobierno de la Presidente Xiomara Castro resulta preocupante el comportamiento de la Presidente de la Corte Suprema de Justicia, Rebeca Ráquel de Melara, por la obstinación que demuestra en el incumplimiento de la reglamentación interna del poder que preside. La Sala de lo Constitucional, que es la madre de las salas del Poder Judicial, permanece inactiva al no reunirse por el incumplimiento a la ley por parte de la magistrada Rebeca Ráquel de Melara, respecto a respetar el orden de precedencia en la rotación de los coordinadores de la mencionada sala.

El funcionamiento de la Sala de lo Constitucional es apremiante, porque hay muchos recursos interpuestos que permanecen engavetados, y siendo Honduras un país donde hay una vocación para irrespetar y violar la Constitución, que la sala que debe resolver todos los asuntos que tienen que ver con la materia constitucional no se pueda reunir porque falta el coordinador, creará una mora inconveniente que será responsabilidad de la Presidente de la Corte Suprema de Justicia. El comportamiento de la magistrada Raquel de Melara es totalmente reprochable, porque su conducta en este punto responde a una profesional que no actúa apegada a la ley, lo que genera desconfianza en la sociedad hondureña, igual que en la comunidad internacional.

El Poder Judicial no es un rebaño como suelen ser una serie de organizaciones políticas, que no responden ni a las leyes internas mucho menos al resto de las leyes del país. El Poder Judicial es el órgano en que descansa la impartición de justicia, para lo cual los jueces y magistrados deben interpretar las leyes para aplicarlas en el contexto fiel de su contenido. Un magistrado que retuerce la ley y la interpreta con un criterio regido por el sectarismo, respondiendo a los intereses del partido gobernante, puede ser cualquier cosa menos un juez o un magistrado responsable.

Cuando un magistrado o un tribunal se rinde a la idolatría de un partido, o de un caudillo endiosado, la sociedad debe darse cuenta que por culpa de ese magistrado todo el cuerpo del Poder Judicial resulta intoxicado por el sectarismo, con lo que el órgano pierde la condición de impartidor de justicia para convertirse en un poder destinado a controlar la justicia para proteger a sus correligionarios y a los lideres de ese partido. 

Los hondureños debemos poner atención a un caso muy reciente, que nos debe hacer entrar en reflexión. Cuando desde EEUU fue solicitado en extradición el expresidente JOH, no fueron pocos los que anticipaban que como la Corte Suprema era controlada por el expresidente Hernández no iba atender la solicitud de extradición, sino que la congelaría por un tiempo y dejaría la petición para los magistrados del siguiente período. Pero, no fue así, los miembros del máximo tribunal de aquel entonces actuaron en consonancia con su deber y en apego a la ley resolvieron no como muchos creían, con el resultado que conocemos todos los hondureños.

No estamos seguros qué sucederá si en estos momentos las autoridades de EEUU llegaran a pedir la extradición de alguno de los personajes del PLR que están siendo muy mencionados en el desarrollo del juicio de Nueva York. ¿Cómo reaccionará la actual Corte Suprema de Justicia? ¿Cómo reaccionaría la Presidente Rebeca Ráquel de Melara, de quien se sabe tiene nexos familiares con la familia Zelaya? Estas son interrogantes valederas, porque, si por sus primeros hechos estamos conociendo cómo responde la magistrada Rebeca Ráquel de Melara, imaginamos que cualquier petición de EEUU en este período del Poder Judicial morderá el polvo en las gavetas de la Corte.

La Corte Suprema, en el período anterior, pudo haber aceptado los recursos dilatorios de los abogados de la defensa de JOH, pero ante la sorpresa de los incrédulos los resolvió en un tiempo inesperado y cuando menos se imaginaban los círculos políticos, se pronunció aceptando la extradición del expresidente. Este es un caso que no puede quedar inadvertido, porque ese período del Poder Judicial que encabezó el magistrado Rolando Argueta, de quien se decía era incondicional de JOH, ante el desconcierto de medio mundo, podría decirse que la Corte Suprema evacuó los recursos de los abogados de JOH con prontitud y esmero.

Faltará ver si esta Corte Suprema que preside la magistrada Rebeca Ráquel de Melara, actuaría con esa misma prontitud y esmero en el momento que algún tribunal de justicia de EEUU llegara a solicitar la extradición de uno de los pesos pesados de Libertad y Refundación mencionados en el narcotráfico.

Así son las cosas y así se las hemos contado hoy viernes 1 de marzo de 2024.