La economía del país se ve comprometida con la escasez de mano de obra en el sector cafetalero.

La escasez de mano de obra en el rubro cafetalero de Honduras presenta una paradoja sorprendente en un país con una considerable cantidad de personas desempleadas, estimada en 1.5 millones.

Esta situación se vuelve aún más desconcertante al considerar que, a pesar de una disminución en las cifras oficiales de deportados, los flujos migratorios originados en Honduras continúan en aumento. La migración, aunque puede ofrecer oportunidades económicas para algunos, tiene un efecto perjudicial en la disponibilidad de mano de obra en los campos y zonas rurales del país.

El impacto de la migración se hace sentir con fuerza en los campos hondureños, especialmente en los principales departamentos cafetaleros. El incremento en los flujos migratorios durante los últimos meses ha exacerbado la escasez de mano de obra en la cosecha del café, uno de los sectores más importantes para la economía del país.

Este fenómeno tiene consecuencias directas en la productividad y competitividad de la caficultura hondureña, afectando su posición como principal exportador de café en Centroamérica.

La situación se agrava aún más debido a diversos factores adicionales que impactan en la producción cafetalera, como el descenso en el precio internacional del café, los efectos del cambio climático y, por supuesto, la falta de mano de obra.

Con una cosecha que se prevé que disminuya para este período, las perspectivas económicas para el país se ven comprometidas. Es imperativo que se aborden las causas subyacentes de la migración y se implementen medidas para fomentar el empleo local y la estabilidad económica en Honduras, especialmente en los sectores agrícolas vitales como la caficultura.