
El fósil del pterosaurio más antiguo conocido de Norteamérica fue descubierto en un parque de Arizona por un equipo de investigadores dirigido por el Instituto Smithsonian, un hallazgo que arroja nueva luz sobre el primer vertebrado en desarrollar el vuelo propulsado.
La mandíbula fosilizada del pterosaurio, del tamaño de una gaviota, fue desenterrada, junto con cientos de otros fósiles, en un remoto yacimiento de huesos del Parque Nacional del Bosque Petrificado en Arizona.
El paleontólogo Ben Kligman, becario postdoctoral del Museo Nacional de Historia Natural del Instituto Smithsonian, dijo en declaraciones enviadas a EFE que estos fósiles, que datan del Triásico tardío, hace unos 209 millones de años, preservan «una instantánea de un ecosistema dinámico», donde grupos de animales más antiguos, como anfibios gigantes, convivieron con especies emergentes evolutivas como ranas, tortugas y pterosaurios.
Explicó que el descubrimiento ayuda a llenar un vacío en el registro fósil anterior a la extinción del Triásico Final (ETE), ocurrido hace unos 201,5 millones de años, cuando las erupciones volcánicas asociadas con la desintegración del supercontinente Pangea alteraron drásticamente el clima global y exterminaron aproximadamente al 75 % de las especies de la Tierra.
“El sitio en el Bosque Petrificado captura la transición hacia comunidades de vertebrados terrestres más modernos, donde empezamos a observar grupos que prosperan más tarde en el Mesozoico, conviviendo con estos animales más antiguos que no sobreviven al Triásico”, afirmó Kligman.
La evidencia directa de esta transición en tierra es difícil de encontrar debido a la falta de afloramientos fósiles terrestres justo antes de la ETE.