
En una madrugada que marcó un antes y un después para su familia, el empresario René Bendaña vivió el horror de un asalto perpetrado por cinco hombres armados que irrumpieron en su hogar, amarraron a él, su esposa e hijos, y saquearon sus pertenencias durante más de dos horas. “Nuestro hogar debería ser un refugio, no un lugar de trauma”, expresó Bendaña, visiblemente afectado, agradeciendo estar vivos, pero admitiendo que “esa noche lo cambió todo”. Su testimonio, cargado de dolor, pone el dedo en la llaga de la inseguridad que azota a Honduras, una realidad que, según él, no solo afecta a su familia, sino a miles de hogares donde la violencia se ha normalizado.
Bendaña transformó su indignación en un potente llamado a la acción, exigiendo a las autoridades que prioricen la seguridad, la justicia y la dignidad de los ciudadanos por encima de intereses políticos. “No puede haber desarrollo si no estamos seguros en nuestras casas”, sentenció. Además, instó a los hondureños a ejercer un voto consciente, eligiendo líderes comprometidos con proteger a la población. “Este dolor puede ser semilla de cambio, no solo para mi familia, sino para nuestra sociedad”, reflexionó. El asalto, que se suma a una creciente ola de robos violentos en el país, resalta la urgencia de abordar la crisis de seguridad que mantiene en vilo a la nación.
Hace unas noches, cinco hombres armados entraron a nuestra casa. Nos amarraron a mí, a mi esposa y a nuestros hijos. Estuvieron ahí más de dos horas, robándonos todo. Esa madrugada lo cambió todo para nosotros.
— René Bendaña (@rene_bendana) June 12, 2025
Gracias a Dios, estamos vivos. Pero no salimos iguales.
Esto que…