Ana Corina Sosa, hija de María Corina Machado, habló en Oslo sobre el reencuentro con su madre tras dos años separadas por la represión en Venezuela. Admite que el regreso de Machado al país es un riesgo enorme, con amenazas diarias a su vida. Sin embargo, entiende que “su misión es más grande que nosotros”. Lo hace por el futuro de todos, para lograr una Venezuela en paz, libertad y con familias unidas. El abrazo recuperado fue un momento indescriptible, cargado de emoción por todo lo vivido.
Sosa compara su esperanza de reencuentro con el dolor de millones de venezolanos que llevan más de diez años sin ver a sus seres queridos o desconocen su paradero. Confiesa que le gustaría “esconderla” para disfrutar una vida normal, como pasear por los mercaditos navideños.
Pero sabe que el corazón de su madre está en Venezuela y que volverá porque “su trabajo no ha terminado”. Representar a Machado en la ceremonia del Nobel fue un honor, sobre todo por el discurso del Comité que definió la crisis como una cuestión de dignidad y democracia. “Es una inyección de fuerza; nuestra causa es justa y el mundo nos reconoce”, dijo, recordando que la libertad se lucha cada día y que Venezuela puede ser ejemplo para el mundo.