
Estados Unidos ha registrado 1.288 casos de sarampión en 2025, la cifra más alta en 33 años, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC). Los contagios, reportados en 39 jurisdicciones, incluyen 27 brotes que representan el 88 % de los casos (1.130), con 162 hospitalizaciones y tres muertes. Texas, con más de 750 casos y dos fallecimientos infantiles, es el estado más afectado. Este repunte supera los 1.274 casos de 2019 y solo es superado por los 2.126 de 1992, generando alarma por el retroceso tras la erradicación del sarampión en 2000, un logro atribuido a las políticas de vacunación.
El aumento de casos, mayormente vinculado a brotes importados, contrasta con los 16 brotes y 285 casos de 2024. Los CDC destacan que la vacunación fue clave para eliminar el sarampión, pero el actual escenario preocupa, especialmente por la postura antivacunas del secretario de Salud, Robert F. Kennedy Jr., quien en mayo afirmó que las agencias sanitarias han manejado los brotes de manera efectiva. Las autoridades instan a reforzar la inmunización para prevenir la propagación de esta enfermedad altamente contagiosa.