
La Asamblea Legislativa de El Salvador, controlada por el partido Nuevas Ideas, aprobó ayer una reforma constitucional que elimina los límites a la reelección presidencial, abriendo la puerta para que Nayib Bukele permanezca en el poder indefinidamente si continúa siendo reelegido.
Con 57 votos a favor y solo tres en contra, la reforma también extiende el mandato presidencial de cinco a seis años, elimina las segundas vueltas electorales y adelanta las próximas elecciones generales a 2027, acortando el actual periodo. Esta decisión, respaldada por un fallo de la Suprema Corte en 2021 que calificó la reelección como un derecho humano, consolida el control de Bukele, quien ya logró su reelección en 2024 pese a las prohibiciones constitucionales previas.
La reforma ha generado alarma entre la oposición y organizaciones internacionales, que la consideran un retroceso democrático. La legisladora Marcela Villatoro afirmó que “la democracia ha muerto en El Salvador”, mientras que Human Rights Watch y Cristosal advierten sobre la consolidación de un autoritarismo similar al de Venezuela.
Aunque Bukele mantiene alta popularidad por su política de mano dura contra las pandillas, que ha reducido significativamente los homicidios, sus críticos denuncian la creación de un sistema de poder sin contrapesos institucionales. Para sus seguidores, en cambio, los cambios reflejan la voluntad popular y garantizan estabilidad, profundizando la polarización en el país.