El gobierno de Estados Unidos ha desplegado fuerzas aéreas y navales en el sur del mar Caribe para combatir a cárteles de la droga latinoamericanos, según informaron medios internacionales este jueves. La operación, ordenada por el presidente Donald Trump, tiene como objetivo reforzar la seguridad fronteriza y desarticular el tráfico de drogas, tras designar a grupos como el Cártel de Sinaloa y el Tren de Aragua como “terroristas globales”.
El Pentágono ha enviado al menos dos buques de guerra y ha intensificado la vigilancia aérea en rutas clave de narcotráfico, coordinando con agencias de inteligencia para neutralizar estas redes criminales.
La ofensiva coincide con una escalada de presión contra el régimen de Nicolás Maduro, a quien la fiscal general Pam Bondi acusa de facilitar el narcotráfico mediante un “puente aéreo” que utiliza el espacio aéreo de Honduras, Guatemala y México.
Bondi anunció que la recompensa por la captura de Maduro se elevó a 50 millones de dólares, señalándolo como aliado de cárteles como el de los Soles para introducir drogas en EE.UU. La Casa Blanca no ha aclarado la duración de la operación, pero funcionarios aseguran que es una prioridad sostenida en la política de seguridad nacional, reforzando el control migratorio y la persecución transnacional de líderes criminales.