
Los incendios forestales aumentaron notablemente en frecuencia y coste en los últimos 40 años, con una aceleración pronunciada desde 2015, y, aunque se produjeron fuegos catastróficos en todo el mundo, se concentraron en el Mediterráneo y en los biomas de coníferas templados.
Un estudio liderado por la Universidad de Tasmania (Australia) usó 44 años de datos (1980-2023) para analizar la distribución, tendencias y condiciones climáticas relacionadas con los incendios forestales más letales y costosos.