
“Aquí estamos y no nos vamos” es el mensaje de resistencia que organizaciones comunitarias, laborales y religiosas de Los Ángeles enviaron este martes al Gobierno del presidente Donald Trump, que ha continuado con las redadas migratorias en la zona, pese a la orden de una jueza que prohibió los arrestos indiscriminados.
Defensores de los inmigrantes realizaron una jornada de paro comunitario con más de media docena de eventos todo el día para decirle a la Casa Blanca que no han logrado “intimidar” a la comunidad tras más de dos meses de operativos del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE).
“Vamos a seguir en pie de lucha”, agregó la activista que vio cómo agentes migratorios escondidos en un camión de mudanzas rentado lograron arrestar el miércoles pasado a 16 trabajadores de México, Honduras y Guatemala, frente a un centro de jornaleros administrado por esa organización.
El operativo se realizó pese a la orden temporal emitida por una jueza que prohíbe a los agentes de Inmigración detener a personas sin una sospecha razonable y basarse únicamente en la raza o etnia aparente; hablar español o inglés con acento; presencia en un lugar específico o el tipo de trabajo que realiza la persona, en al menos siete condados del área metropolitana de Los Ángeles.