VUELTA A UNA PÁGINA OSCURA EN LAS FFAA

La despedida de Roosevelt Hernández de la jefatura de las FFAA, sin duda que es la vuelta a una de las páginas más oscuras en la historia de la institución castrense hondureña. Su salida del alto cargo militar es un alivio no solo para nuestra democracia, sino que, lo es en general para toda la sociedad que percibía en Roosevelt Hernández a una persona ambiciosa de poder, era ver en ciernes a un remedo de Hugo Chávez, altanero, soberbio, irrespetuoso de la Constitución, mentiroso al cuadrado, un genuino populista con ínfulas de asumir el poder en mala lid. Roosevelt ha formado parte del esquema del fraude montado por Mel Zelaya desde las Elecciones Primarias. Su participación en el deleznable plan de ocultar las urnas el 9 de marzo y negar los hechos, lo retrató como un militar deshonesto, un traidor a la Patria que nos menospreció a los electores hondureños. Pero que no pudo ocultar su despropósito, porque los oficiales de rango intermedio, que finalmente llevaron las urnas a los centros de votación, lo delataron cuando confesaron que «el manoseo de las urnas no era culpa de su nivel».

Sus actos más recientes lo develan como un enemigo de la democracia y de Honduras; abusando al extremo, se atrevió a confesar el plan del partido oficialista, de buscar extender el conteo final en el CNE, aprovechando los desacuerdos entre los políticos, para que una vez transcurrida la fecha del 30 de diciembre, el usurpador presidente del Congreso, Luis Redondo se encargaría de proseguir con la maldad de anular el proceso electoral, permitiendo que el PLR se mantuviera en el poder. Mel Zelaya, mientras tanto, movía piezas: nombrando a Rixi Moncada como ministra de Gobernación y a Roosevelt Hernández como ministro de Defensa, dos figuras incondicionales de Mel Zelaya y del PLR. Pero, la reanudación del conteo final en el CNE este día, le ahumó el ayote a Mel, a Rixi y a Roosevelt, un triángulo de personajes tenebrosos para Honduras.

Roosevelt había asomado las unas populistas a finales del año pasado, cuando vestido de militar hizo varias excursiones, regalando comida a las personas de escasos recursos, acompañado de otros jefes militares que por lo visto son del mismo linaje populista. Su adicción a la mentira fue la alerta que nos hizo poner en guardia, su deseo de confrontar con altanería y erigirse como un dictador sin ocultarlo, nos obligó a enfrentarlo. Al usar los medios de las FFAA que son financiados con nuestros impuestos se exhibió como un sujeto peligroso, por lo que decidimos enfrentarlo, como antes lo habíamos hecho con Álvarez Martínez, Regalado Hernández y otros aprendices de dictadores militares. Terminó como empezó su período de mando: mintiendo. Roosevelt Hernández nunca actuó en defensa de la democracia, al plegarse al gran objetivo de Mel Zelaya y del PLR, traicionó el compromiso de «honor, lealtad y sacrificio a la Patria».

Desafortunadamente con su conducta reprochable, mancillo a su familia que debe ser lo más apreciable para un hombre, al usarla como escudo para ocultar su felonía, su perfidia, su villanía, su deslealtad a la institución castrense y su traición a Honduras. Afortunadamente, al ceder el mando militar que por ley es un deber, termina la funesta carrera de lo que se vislumbraba como el surgimiento de un remedo de Hugo Chávez: arrogante, altanero, gritón, mal educado, transgresor de la Constitución e irrespetuoso con las dos consejeras del CNE, que además de encarnar al organismo que es la máxima autoridad en materia electoral, son dos damas, dos mujeres muy preparadas que se merecen todo el respeto.

Saliendo Roosevelt Hernández del alto mando de las FFAA, le podemos dar vuelta a una de las páginas más oscuras de la institución militar, y si en algun momento es ineludible recordarlo, tocara hacerlo por sus malos pasos y por su ejecutoria malsana de contribuir a destruir la democracia, porque así es como se deben recordar a los personajes tristemente célebres como es Roosevelt Hernández. Al voltear esa página oscura, por la dicha que nos otorga DIOS, perfectísimo creador del Universo, asume el más alto cargo militar el General Héctor Valerio Ardón, que en su primer discurso se ha revelado como un militar respetuoso de la Constitución y de la institucionalidad. Cuando un alto jefe militar o cualquier alto dignatario antepone el Divino Creador a todo lo demás, sabemos que estamos ante un hombre de bien, del que se puede esperar buenas acciones en beneficio de Honduras.

Por lo pronto podemos respirar con tranquilidad: al asumir el alto mando de las FFAA un militar honesto, debemos confiar en que tendremos alternancia en el ejercicio del poder. Y que el próximo mes de enero de 2026, Xiomara Castro debe cumplir como la Constitución lo establece, traspasando la banda y el mando presidencial al nuevo Presidente de Honduras, que resultara electo una vez que concluya el conteo final en el CNE. A partir de ese momento, la sociedad hondureña tendrá puestos sus ojos en las actuaciones del nuevo jefe de las FFAA, Gral. Valerio Ardón. ¡Así lo haremos y así será!

Así son las cosas y así se las hemos contado hoy jueves 18 de diciembre de 2026.