UN DESMENTIDO QUE NO DESMIENTE

Al gobierno del PLR le cae la mala leche por todos lados, pero lo peor que le puede pasar es que sus mismos funcionarios hablen pestes del gobierno y sobre todo de los miembros de la familia gobernante que tienen la connotación de intocable como es la Presidente Xiomara Castro y Héctor Zelaya Castro, este último que en el lenguaje palaciego es considerado el delfín mayor. Cuando la comisionada de ARSA, señora Dorian Salinas, se destapó hablando hasta los codos de todo lo malo que está ocurriendo en la dependencia en la cual fue nombrada por un miembro influyente del gobierno, suponemos que fue porque no sabía que alguien de su entorno le estaba grabando la sarta de críticas que no se quedaron cortas para describir verdades absolutas que solo podía decirlas la persona responsable de ARSA.

Después vino el desmentido en primer plano de la comisionada Salinas, que por lo visto fue una aclaración «obligada» pero como debe saberlo la señora Salinas, las aclaraciones de toda clase resultan inútiles frente al impacto de la declaración original, que fue un golpe de maza en la opinión pública, especialmente porque la señora comisionada de ARSA no se quedó corta respecto a Héctor Zelaya y su jefa superior Xiomara Castro. El valor de la denuncia o queja de la comisionada Salinas, parece que no llevaba el propósito de afectar ni a Xiomara ni a Héctor Zelaya, porque tanto la Presidente Xiomara Castro como el hijo mayor de la familia gobernante no son huesos fáciles de roer, porque Xiomara Castro es la Presidente de la República y Héctor Zelaya encarna la continuidad de la familia Zelaya en el poder.

El caso no tendría la mayor relevancia, porque en las oficinas del Gobierno del PLR lo que abundan son las quejas, tanto de los que están bien como de los que sienten maltratados por el gobierno, al que le entregaron todo el sudor para que arribara al poder. Nos parece que donde radica la importancia capital del escándalo de ARSA es que la comisionada Salinas tuvo el arrojo de desnudar situaciones que no son normales en una oficina de servicio público de este tipo. Aunque lo bueno de una denuncia tan descarnada, hecha sin tapujos, es que descubre interioridades que de otra forma no hubieran sido del conocimiento público. Además que desnuda el sectarismo carnívoro que impera en las oficinas de gobierno donde campea un «verduguismo» contra los mismos asesores de Héctor Zelaya.

Como es de suponer, las quejas de la señora comisionada Dorian Salinas de ARSA le han de haber costado una reprimenda de padre y señor mío, por lo que la señora no tuvo más remedio que grabar de manera forzada una aclaración, y de forma ridícula, como lo hacen las personas con menos de dos pulgadas de frente, quiso arreglar su atrevimiento, su osadía o su metida de extremidades, lavándose en disculpas, que, después del golpe ya no tienen efecto. Pero, mal para ella, porque lo que dijo y lo que hizo ya no tiene ni reversa ni arreglo, porque unto la pomada hasta donde no debía, que era sobre el pellejo de Héctor Zelaya y de la Presidente Xiomara Castro.

Situación como la ocurrida en ARSA no es la primera que trasciende, ha habido otros casos de desenfreno burocrático en varias oficinas del Gobierno del PLR, que han servido para mostrarnos a los ciudadanos que este partido no ha podido hilvanar una administración eficiente y de servicio en beneficio del público. Estos episodios como el ocurrido en ARSA demuestran que el Gobierno del PLR es posiblemente, sino el peor, es uno de los más deficientes en la historia del país, porque en muchas oficinas lejos de estar dedicados a trabajar atendiendo los asuntos y sirviendo a los requerimientos de los ciudadanos, no hacen el trabajo por el que se les paga a los empleados, sino que son hervideros de política sectaria.

La comisionada de ARSA, Dorian Salinas, posiblemente tenga las horas contadas por su devaneo burocrático de atreverse a criticar y sacar a la luz pública todas las maldades y las cosas malsanas que ocurren en su interior y de paso, enredarse mencionando las injerencias de la misma Xiomara Castro y el delfín mayor, Héctor Zelaya. Si en una oficina insignificante como ARSA ocurren estas situaciones, imaginamos lo que pasa en la Cancillería hondureña, en Planificación, en la Secretaría de Salud, en Educación y otras dependencias donde dan catedra de como malgastar el dinero a manos llenas sin hacer tareas productivas que beneficien a Honduras. Como dice el gobierno en el comienzo de las cadenas: ¡esto es la Honduras del PLR!

Así son las cosas y así se las hemos contado hoy jueves 22 de mayo de 2025.