
La institucionalidad hondureña dio otro paso importante en el cumplimiento del cronograma electoral, al definir las posiciones de los candidatos electos a optar el 30 de noviembre a los diferentes cargos de elección, desde el Presidente de la República, diputados del Congreso Nacional, así como alcaldes y regidores de los 298 municipios de los 18 departamentos. Este paso es, por demás decir, pleno de importancia, quedando únicamente por conocer las posibles candidaturas independientes que tienen cabida en el proceso electoral conforme la ley. Pudiera parecer intrascendente la escogencia de las posiciones, pero no lo es, porque los candidatos suelen aferrarse a las creencias que sigue imperando en los conglomerados de los partidos políticos donde todavía existe la costumbre de pensar que estar en un determinado sitio de la papeleta hace que el elector se fije más en qué lugar está su candidato.
Como sea que piense la gente, que es parte del costumbrismo político electoral, elegir las posiciones en la papeleta es un hecho que consolida la marcha del proceso electoral que habrá de concluir el 30 de noviembre, cuando los hondureños acudamos a las urnas a ejercer el sufragio. Por eso, los ciudadanos debemos celebrar el acto, porque cada vez que se avanza en el cronograma electoral, se tiene la certeza que estamos en la ruta hacia las Elecciones Generales. Sin embargo, con mucha pena, pero con el mayor de los cuidados, debemos atisbar que hay interés en manosear el proceso electoral para convertirlo en unas «elecciones amañadas» para obtener una victoria, en la cual no estará reflejada la voluntad del pueblo hondureño, sino el deseo de perpetuarse en el poder del partido gobernante PLR.
Por eso hay que tener presente que, en este trayecto, de aquí al 30 de noviembre, hay espinas y piedras agudas en el camino que pueden agujerear los zapatos del proceso, obstáculos que están a la vista y que constituyen una amenaza para evitar que el proceso sea limpio y sin marrullas. Una de ellas es el hecho de que existen más de 400 mil documentos de identidad, que fueron retenidos en los consulados móviles que realizaron un trabajo en la nación del norte, ordenado por la Cancillería hondureña, con el supuesto objetivo de facilitarles el ejercicio electoral a los compatriotas que viven en EEUU. Esto es un peligro que desde ya pone en duda la transparencia de las próximas elecciones, porque en manos de una oficina que está bajo el control del partido de gobierno, se levanta una montaña de suspicacias y sospechas, porque ha sido una tradición en aquellos sectores que amañan las elecciones el manoseo de los documentos de identificación para usarlos en las elecciones, haciendo que sus parciales se hagan pasar como los propietarios de los documentos manoseados y puedan ejercer el sufragio con su propia tarjeta de identidad en un lugar, y además con la tarjeta usurpada en otro lugar. Esto es sumamente grave porque el manoseo de 400 mil documentos de identidad equivale a 400 mil votos amañados, que pueden decidir el resultado electoral.
En un asunto de tan previsibles consecuencias se impone que la oposición abra bien los ojos, y si el gobierno no quiere aceptar un mecanismo de corrección, procede para garantizar la limpieza de las elecciones, evitar que en lugar de los propietarios de estas tarjetas que pertenecen a hondureños que, viviendo en EEUU fueron «despojados» de su documento de identificación, voten otras personas que habrán sido debidamente escogidas por el partido gobernante.
Es conveniente aclarar que este manipuleo de documentos de identificación de unos 400 mil hondureños que viven en EEUU, es irresponsabilidad de la Cancillería hondureña, que es la que puso en práctica el proceso de los consulados móviles, cuya finalidad no fue precisamente darles facilidades a los compatriotas, sino apropiarse de sus documentos para ponerlos en manos de otras personas. Esto, desde luego, responde a una intención fraudulenta desde todo punto de vista, porque es casi seguro que, con las medidas draconianas impuestas por el gobierno de Trump, los hondureños en EEUU no se atrevan a salir a votar en los consulados por el temor de ser capturados por el ICE y ser deportados a nuestro país.
Esto no es ningún invento de los medios de comunicación, que es el argumento con el que suelen ocultar sus fechorías algunos funcionarios de gobierno y de otros estamentos, que se parapetan en las amenazas para intimidar a la prensa, usando los mecanismos institucionales del Estado como el Ministerio Público, que están a la orden del gobierno para proteger sus abusos. A los hondureños solo nos quedan las elecciones para evitar que Honduras sea convertida en una tiranía arbitraria como Cuba, Venezuela y Nicaragua. Pero, las elecciones no serán una solución si los sectores de oposición permiten que el PLR se garantice una victoria amañada, usando artimañas de sobra reconocidas como el manipuleo de documentos de identidad de miles de hondureños que viven en EEUU.
Así son las cosas y así se las hemos contado hoy viernes 6 de junio de 2025.