SICARIOS Y SICARIATO

Los que hacen el pasquín digital de las FFAA, desconocen el verdadero concepto de los términos que vienen mal utilizando últimamente, para intentar desacreditar a los que criticamos a la institución militar, por culpa de algunos altos jefes que se han empecinado por llenar de fango a la entidad castrense, que pocas veces como hoy se ha hundido en el desprestigio por el mal proceder del comandante del Estado Mayor Conjunto y varios de sus comandantes adláteres, que hacen coro para acompañar en el servilismo al partido gobernante PLR en sus andadas. 

Para que conozcan el concepto que vienen mal empleado los que hacen el pasquín digital de las FFAA, un sicario es una persona que mata a alguien por encargo de otro, por lo que recibe un pago, generalmente en dinero u otros bienes. Algunos términos sinónimos son, por ejemplo: asesino a sueldo, pistolero, matón, ejecutor, torpedo (que es el termino usado por la mafia italiana) y rompe piernas. En este sentido, los sicarios existen entre los militares y policías, que son los que emplean armas de fuego con las que se eliminan seres humanos.

Los periodistas no somos portadores de armas de fuego, nuestra única arma es nuestra voz, nuestro pensamiento, y si tenemos poder, este radica en la capacidad de expresión crítica, que, en lo que me concierne, la empleo para criticar aquellas situaciones en donde campean las injusticias.

En el caso de las FFAA, en mi trayectoria he sido un crítico permanente de la institución militar, desprovisto de todo sentido de maldad, porque nuestras criticas siempre han ido orientadas a estimular la rectificación. En 1986 me metí hasta el fondo a criticar a las FFAA, porque en el alto mando de ese momento a cargo del Gral. Humberto Regalado Hernández y el Cnel. Roberto Núñez Montes, estaban ardidos conmigo porque les señalé una grosería inhumana, al quedarse con el dinero que el Pentágono enviaba a la contrarrevolución nicaragüense, por medio de las FFAA de Honduras, dinero que no les llegaba a los «Contras», mientras morían en la frontera en la guerra contra los sandinistas.

Regalado Hernández y Núñez Montes, por medio de cuatro elementos del Batallón 3-16 me colocaron un explosivo tipo C-4, debajo de mi carro, con la intención de eliminarme, objetivo que no consiguieron porque la divina providencia me hizo cambiar la rutina aquel lunes 4 de agosto de 1986, lo que me permite seguir latente en este valle de lágrimas. Tenemos que agradecer al alto mando actual que encabeza Roosevelt Hernández que por lo menos hasta hoy no apela a los atentados mortales contra los periodistas. Los ataques que nos dedican a través de su pasquín digital, no nos hacen daño. Mas bien, nos permiten que los ilustremos para que no sigan empleando indebidamente el termino sicario, que es aplicable a toda aquella persona que mediante el uso de las armas mata a otra persona. Y nadie más que los militares están expuestos a usar las armas para acabar con vidas humanas, algunas veces en defensa propia, pero infinidad de veces por el prurito de hacerlo o por encargo.

Todos los hondureños quisiéramos tener unas Fuerzas Armadas con un solo objetivo: unas Fuerzas Armadas que miren hacia el futuro, adaptadas a los nuevos tiempos, y preparadas para el cumplimiento de las misiones positivas, unas Fuerzas Armadas que velen por la defensa de nuestros valores constitucionales, que son patrimonio de todos, y de las que tan orgullosos nos hemos sentido cuando han defendido la paz, la libertad, la seguridad y nuestra soberanía, tanto en Honduras como fuera de nuestro país. Sin embargo, en la comandancia del Gral. Roosevelt Hernández, las FFAA han sido apartadas de sus nobles propósitos para ponerlas al servicio de un proyecto político, del que Roosevelt Hernández pareciera formar parte.

Como han trascendido algunos rumores de que se planean ataques a periodistas críticos del gobierno del PLR y de la entidad militar, por su infortunado papel en las Elecciones Primarias, tenemos que estar alertas de un sicariato que obedece instrucciones del alto mando de las FFAA, porque si hay sicarios en este desencuentro entre las FFAA y la prensa hondureña, los sicarios están vestidos de uniforme verde olivo y obedecerían ordenes siniestras.

Los periodistas críticos no portamos armas, ni siquiera tenemos mala voluntad para desearle un mal al jefe del Estado Mayor Conjunto, Roosevelt Hernández, todo lo contrario, solo queremos que cumpla su misión y que al terminar su periodo se vaya a su casa, a descansar con su familia y que no piense en continuar como comandante de las FFAA, si el proyecto continuista del PLR llegara a salir avante, que, ojalá, DIOS no lo permita.

Así son las cosas y así se las hemos contado hoy martes 27 de mayo de 2025.