
Las convenciones políticas son las fiestas que celebran los partidos democráticos en las que los líderes trazan las líneas estratégicas de las instituciones partidarias para aplicarlas en la consecución del gran objetivo que es alcanzar el poder para dirigir los destinos del país. El fin de semana anterior se realizaron tanto la convención del Partido Nacional como la convención del Partido Liberal, ambas tuvieron la connotación de la alegría que han experimentado desde los años en que, estos eventos eran la plataforma de elección de los candidatos presidenciales. Las convenciones entonces se cargaban de tensiones, porque los aspirantes debían trabajar y convencer a la mayoría de los convencionales que representaban los diferentes departamentos del país para obtener su voto en la convención que era donde se elegían los candidatos.
En la medida que surgieron las reformas políticas en los partidos, el Partido Liberal se acogió a las Elecciones Primarias para elegir sus candidatos, y al poco tiempo los nacionalistas hicieron lo propio. Hoy, tanto el Partido Liberal como el Partido Nacional proceden a elegir a sus candidatos por medio de Elecciones Primarias, siendo los únicos dos partidos que observan una ruta verdaderamente democrática, en que inscriben a todos los movimientos internos, de manera que hay una vigilancia reciproca y estrecha que no permite marrullas ni chanchullos internos. Mientras que las Elecciones Primarias del PLR van por una ruta distinta, al permitir una candidatura única en varios movimientos, que no admite competencia interna para facilitar de esta manera el autoengaño de llenar las urnas para inflarlas y hacer creer que han tenido una abundante participación electoral, aunque la concurrencia en las urnas del PLR sea tan escasa que brilla por la ausencia de votantes, como se vio en las pasadas elecciones del 9 de marzo.
En los partidos históricos, Liberal y Nacional, la competencia democrática interna casi siempre rebasa la cordura en el momento de las Elecciones Primarias, por lo que se necesita de las convenciones para limar las asperezas y calmar los animos. Esta vez no ha sido la excepción, nada más que hubo ciertas diferencias en las dos convenciones. En el Partido Liberal, las cosas fueron mejor manejadas, la percepción final que generaron los movimientos liberales en el evento fue de absoluta unidad. Salvador Nasralla, Jorge Cálix, Maribel Espinoza y los representantes de Luis Zelaya se estrecharon y compartieron ideales en procura del poder.
En el Partido Nacional hubo una discordancia notoria en el momento que David Chávez Madison no fue invitado al evento, lo que provocó una reacción de malestar inocultable que llevo a Chávez Madison a expresar frases hirientes que involucran el aspecto racista, que en el pasado hicieron mucho daño en los partidos tradicionales. Al parecer, la determinación de no hacer partícipe a David Chávez en la Convención se origina en el conflicto legal que Chávez tiene con el Ministerio Público, donde el líder nacionalista capitalino es acusado de numerosos cargos por su pasado al frente del INFOP. Esto, innegablemente tiene alguna incidencia en el estatus personal de David Chávez, porque pudiera ser que al enfrentar los cargos, le sobrevenga una situación difícil en lo personal, que el Partido Nacional no quiere asumir ni cargar desde ahora. Es obvio que David Chávez pudiera creer que esto es una deslealtad de su partido, que comienza por negarle el respaldo moral al dejarlo por fuera en la convención. Los nacionalistas pudieron haber hecho un lobby con Chávez Madison para no dejarlo fuera del gran evento, sin embargo, la impresión que flotó en el ambiente cachureco es que hubo un mal manejo del caso Chávez por parte del líder principal que en esos momentos es Tito Asfura.
Así las cosas, mientras en los liberales prevaleció la imagen de unidad y cordura, con un Salvador Nasralla muy carismático y amistoso con sus adversarios en las Elecciones Primarias, Nasry Asfura ha tenido que aguantar el chaparrón racista que le lanzó David Chávez, al expresar que el Partido Nacional no le pertenece a los árabes. Esta situación debe ser sofocada por el Partido Nacional, un partido que se precia de ser el mejor organizado, cosa que en efecto así es, pero que no lo libera de tener episodios discordantes que lo pueden llevar a pasar por malos momentos cuando estamos a pocos meses de las elecciones.
Honduras necesita de los dos partidos democráticos, Liberal y Nacional, porque frente a la amenaza que representa un partido populista que se ha propuesto perpetuarse en el poder, aun con las condiciones adversas de contar con una candidata que recibe el rechazo general por su conducta antidemocrática e impolítica, solo una avalancha de votos podrá impedir que un fraude, que desde ya se anticipa es el gran arma de que dispone el PLR para quedarse en el poder sin ganar las elecciones, sea el factor indeseable que le permita al partido de gobierno continuar manejando los destinos de Honduras. No hay alianzas ni cosa parecida que haga que surja una simbiosis o alianza entre liberales y nacionalistas, algo que, además, no serviría para que los partidos democráticos se hagan un solo nudo. Para agosto o septiembre será el pueblo hondureño el que empiece a pronunciarse a favor de un determinado líder, sea el liberal o el nacionalista, que sea considerado el ideal para recibir el apoyo de la inmensa mayoría de los hondureños. Llegado ese momento es que se dará una coalición espontanea que recogerá el voto mayoritario de los hondureños que están decididos a no continuar por el camino tortuoso, lleno de incertidumbre, por el que nos lleva el PLR.
Así son las cosas y así se las hemos contado hoy lunes 26 de mayo de 2025.