LA HORRIBLE LACRA DEL MIEDO

Cuando hablo del miedo no hablo de los miedos normales, los miedos consuetudinarios, como cuando entramos a un examen en el colegio o en la universidad, donde tenemos profesores implacables, el miedo al examen médico, o el miedo a no tener el dinero suficiente para cancelar una deuda de pago impostergable. Me refiero al miedo transferido por el autoritarismo de un gobierno, o de una autoridad militar, miedos que amedrentan, porque a simple vista denotan coerción y nos soplan el chantaje en la nuca.

De todas las desafortunadas frases que he escuchado en mi trayectoria como periodista, la que me ha provocado más desasosiego que temor, es la que nos imputa el pasquín digital de las FFAA, al darnos el inapropiado calificativo de sicario de la verdad, cuando los que asesinan este valioso principio de la dignidad humana son aquellos que detentan un poder ilimitado, abusivo, que es el que da la fuerza de la brutalidad, propia de los enfundados en las armas que constituyen su gran herramienta intimidatoria. 

En la misma publicación de los militares, el viceministro de Defensa, señor Orlando Garner, en un discurso ofrecido en reciente ceremonia militar, pronunció palabras que tienen un trasfondo que sobrepasa la simple amenaza para constituir una intimidación abierta al declarar que las FFAA preparan una guerra cognitiva frente a todos los sectores que se atreven a atacar a la institución castrense. La realidad es que los medios de comunicación no estamos librando una guerra contra la entidad militar, criticamos la infortunada actuación del alto mando militar en las recientes elecciones primarias, donde hicieron el innoble papel de boicotear las elecciones en la capital y SPS, donde fueron cómplices de la treta política del partido gobernante, que al retrasar la entrega de las urnas, buscaba desanimar a los electores para que no ejercieran el sufragio y así favorecer a la candidata del PLR, Rixi Moncada, para que pareciera que era la candidata más votada, mientras que los candidatos de los partidos de oposición aparecieran con resultados flacos. La reacción de los electores de esperar la llegada de las urnas hasta por diez y doce horas, con admirable estoicismo, fue lo que evitó que el PLR se saliera con la suya.

Es muy probable que desde ese momento el alto mando, tanto del PLR como de las FFAA, buscaban instaurar el miedo entre los electores, por el hecho de que se diga que por tradición los hondureños son muy miedosos ante cualquier situación. Quizás el día de las elecciones pasamos por un trance de miedo; en nuestro caso, con mi esposa y mis amigos que nos mantuvimos con pie firme hasta que llegaron nuestras urnas, doce horas después, miedo que nos robaran el derecho a votar y que los malandrines se burlaran de nosotros, viendo nuestras caras desencajadas, cuando mirábamos que pasaban las horas y las urnas no llegaban, pero esa pizca de miedo fue el aguijón que nos infundió coraje y valor para decidir no movernos de nuestro sitio, apostando que aunque llegara el día siguiente, las urnas debían llegar y poder depositar nuestro voto.

No puedo soportar a los militares bravucones, ni a los gobernantes que nos miran como personas estúpidas que se corren al primer sombrerazo, como no soportamos a los engreídos funcionarios que al llegar a un cargo se creen los dueños de nuestras vidas, aunque los estúpidos son ellos porque no se dan cuenta que los salarios que reciben, aun con su mal desempeño, provienen de nuestros impuestos que pagamos religiosamente al gobierno. No soporto a los matones que forman esos piquetes de forajidos antisociales, llamados colectivos, que durante nueve años pasaron enfrente de nuestras instalaciones, apedreándonos primero y luego lanzándonos morteros explosivos.

Me indigna y me joden el alma esos tipos de amenaza como la que lanzó el viceministro de Defensa, Orlando Garner, quien se atrevió a declarar una guerra cognitiva contra los ciudadanos que conformamos la opinión pública y que, con nuestra crítica, el único objetivo es tener unas FFAA dignas, que respondan a los intereses de Honduras y no sometidas y plegadas a un proyecto político con la única visión de entronizar en el poder al actual partido gobernante, con lo cual cometen un pecado mucho más grave que la reelección ilegal de JOH, porque el PLR no busca un segundo período sino el poder en forma indefinida.

En este momento el PLR, con las FFAA bajo su control, manejan muy bien la poderosa arma del miedo. Anunciar una guerra cognitiva contra los medios de comunicación y los sectores de opinión pública es obra de la asesoría extranjera que conoce bien este conducto intimidatorio. Stalin, Fidel Castro, Hugo Chávez, Nicolás Maduro y Daniel Ortega, y tantos otros tiranos, saben que la base más sólida del poder es el duro hormigón del miedo. Por eso, quienes basan su lucha en conseguir que el miedo cambie a las personas, están trabajando para que los hondureños nos escondamos por el miedo, como nos advirtió el Cardenal Rodríguez. Pero, los medios de comunicación y la generalidad de los hondureños no nos callamos, no sentimos la medrosidad de los cobardes bravucones que son valientes con el fusil en la mano, más bien nos rebelamos, porque sonamos con una sociedad hondureña integrada por ciudadanos sin miedo, como nos pidió que nos comportemos el Cardenal Oscar Rodríguez.

Así son las cosas y así se las hemos contado hoy jueves 13 de junio de 2025.