LA FÁBULA DE LAS OVEJAS Y EL LOBO TRAMPOSO

Esto que voy a contarles, más que un cuento es una fábula, porque se trata de un lobo feroz mentiroso, que había tenido una vida llena de matices, en una etapa con más pelo que el que tiene un lobo normal, y con más inclinación al elemento ígneo que a la sangre. Este lobo nunca tuvo cabida en el mundo de la honestidad, donde todo es blanco o es negro. Tuvo una juventud descarriada, donde brilló por ser mentiroso en todo lo que hacía, siempre se acompañó de otros animalejos tan perversos como el solía ser. El lobo de nuestra fabula logró escalar a sitios altos, a los cuales llegó por idealizar como los mejores, a los deshonestos y radicales de su especie y de otras especies no similares, fueran hienas salvajes, tacuacines o comadrejas.

Cuando el lobo feroz de nuestra historia alcanzó una posición cimera, seleccionó como sus líderes a seguir, a los animales más sanguinarios, que son aquellos que hacen trampa para ganar a como diera lugar. Este lobo feroz siempre anduvo por las sendas donde había más oscuridad, porque desde allí podía actuar mejor y hacer trampas en la mayor comodidad que puede tener un tramposo. Cierta vez, el lobo tramposo de nuestra fabula se encontró con dos fornidas ovejas blancas, bravías por excelencia, que no se le corrían al más feroz de los animales, porque en su haber contaban haber lidiado con las peores bestias de la comarca.

En los trances de la fauna, un día los animales decidieron escoger al que entre ellos tuviera los mejores méritos para gobernar aquel pequeño reino animal. Decidieron ir a una elección y confiaron la misión de aquel singular proceso electoral a un pequeño consejo que se encargaría de hacer las distintas bases y tareas que se acostumbran, incluso en las elecciones de los seres civilizados, más conocidos como personas o seres humanos. Ese consejo especial quedó integrado por el tramposo lobo feroz y las fornidas ovejas blancas, que no por tener poca lana eran fáciles de dominar.

Se desarrolló entonces aquel histórico proceso electoral y les tocó a las dos fornidas ovejas tener que lidiar con aquel lobo feroz, que era muy conocido por mentir y hacer trampas de todas formas a la vez. Pero, las ovejas que no estaban dispuestas a dejarse trasquilar por aquella fiera tramposa e inmunda a la vez, acudieron a sus amigos los pájaros, que por tener alas podían transportarse a grandes distancias, hablar con sus colegas aves del resto del mundo y a ellos acudieron para que les aleccionaran en aquel proceso electoral para no dejarse engullir por aquel lobo feroz, que era peligroso por tramposo, más que por ser feroz, porque quienes lo habían conocido de pequeño, contaban que aquel lobo se orinaba y hacía todo lo demás en los pantalones. Fue entonces que las fornidas ovejas blancas descubrieron que aquel lobo feroz padecía de complejos raros porque alguna vez lo vieron abrazando y besando a otro lobo.

Las fornidas ovejas blancas se dieron cuenta que aquel lobo feroz, además de tramposo, tenía tres perfiles de comportamiento: en primer lugar, era tramposo por principio, luego era mentiroso por los cuatro costados, y finalmente era un deshonesto radical. Pero, además, al lobo feroz de esta fabula, le gustaba ser deshonesto a lo grande, porque odiaba ser solo un poco deshonesto. Entonces, las fornidas ovejas blancas de nuestra fábula descubrieron que aquel lobo tramposo era por excelencia traicionero. El animal más popular de aquel reino era un león esbelto, melenudo, respetado por los demas animales por su fuerza y por su gallardía.

El lobo tramposo no compartía la admiración por el león y era partidario de que la víbora más ponzoñosa de aquella pequeña selva, reinara como la reina de aquella comarca. Vigilando el singular proceso, las fornidas ovejas blancas obligaron por mayoría al lobo tramposo a respetar las reglas de la elección y al final la gran mayoría de los animales votaron y eligieron al admirable león, como el rey de aquella pequeña selva. Desde entonces, quedo escrito en aquella pequeña jungla, que las bestias tramposas no podían imponerse a las fornidas ovejas blancas que tuvieron la fortaleza de enfrentarse a las mentiras y a las trampas de aquel tramposo lobo feroz, al que terminaron derrotando en buena lid, haciendo que ganara para que los gobernara el león, el animal más querido y respetado de la pequeña selva. Y así, esta historia de similares parecidas a otras de reinos muy cercanos, se vino repitiendo hasta llegar hasta nuestros días, en que debe gobernar quien gana limpiamente y no el que hace trampas.

La moraleja de esta fábula es que, cualquier parecido que le encuentren al lobo tramposo de esta historia, no tiene que ver en lo absoluto con cualquier otro lobo tramposo, radical y mentiroso que quiera robarle la elección a un pueblo decente; todo, no es más que una simple coincidencia.

Así son las cosas y así se las hemos contado hoy miércoles 18 de junio de 2025.