LA ECONOMÍA NO DA LA FELICIDAD

No se asusten ni se aflojen nuestros empresarios, porque el titular de este editorial no corresponde a mi pensamiento. Con auténtica modestia me defino en la categoría de mediano empresario, con el riesgo de descender un día de estos a la categoría de pequeño, eso sí, donde no desciendo es en mi espíritu de luchador indoblegable y apasionado por la defensa de la democracia, por la cual entrego todo lo que puede producir mi cabeza, que entre más se curte de canas, me aporta más capacidad de razonar. Y por supuesto, que no sería capaz de expresar semejante estupidez en contra de la economía, porque desde que tengo uso de razón soy partidario defensor incondicional de la libre economía. Enemigos declarados de la economía son los líderes y militantes del PLR, porque nacieron y se formaron para vivir de la ubre del Estado, criados y amamantándose de la teta del gobierno, la que succionan de todas maneras en todas las edades. 

Dentro de la economía, hay que reconocer la tarea complicada de los empresarios, que son el alma, vida y corazón de la economía, porque desde que fundan una empresa lo hacen con el propósito de obtener ganancias pero, en ese anhelo crean riqueza para otras personas que con sus servicios ayudan a crecer a la empresa a cambio de una retribución mensual. Hay un papel en el que los empresarios demuestran una preocupación razonable que es, defender el sistema democrático, porque nadie mejor que los empresarios saben que un país para crecer necesita de gobiernos democráticos, en los que, así como ellos respetan y se apegan a las leyes, los gobiernos hagan lo propio sin cambiar las reglas del juego a su entera conveniencia política. 

En el norte de Calcuta, India, reside el menor influyente de todos los economistas: Amartya Sen, premio Nobel de Economía de 1998, año en que el huracán Mitch destrozó a Honduras. Sen aplica el mismo aforismo del ilustre John Maynard Keynes, según el cual la mayoría de los políticos, ignorantes del valor de la economía y la importancia de los empresarios, ponen en práctica, sin saberlo, las teorías de los economistas que murieron ya hace mucho tiempo y cuyo nombre ignoran. Pero hay otros políticos, como los populistas, que ganan el poder a puras mentiras, que hunden a los países en cada crisis echándole la culpa a la economía y a los empresarios. A estos ataca el economista de Calcuta, Amartya Sen, porque no entiende cómo los populistas se fijan objetivos calculando cuántas empresas pueden mandar al matadero por medio de impuestos elevados, negación de divisas, acoso con la temeridad de acusarlos de oligarcas enemigos del pueblo, cuando los empresarios son los que arriesgan capital para generar fuentes de empleo.

Tampoco es que Amartya Sen este en favor de los poderosos, aunque en sus obras el economista refleja que sin la pujanza de los empresarios al final los países tienen economías débiles, incapaces de impulsar el crecimiento del producto interno bruto, que no es la única meta de un país, más bien es un enorme error de los economistas, porque el crecimiento de la economía está en el surgimiento de mayor número de empresas y empresarios robustos, con visión y garra para invertir y crecer. A mayor cantidad de empresarios y empresas grandes, mayor es el volumen de puestos de trabajo, y como resultado hay mayor crecimiento de la economía.

El Consejo Hondureño de la Empresa Privada aglutina a la mayoría de los empresarios del país que creen y tienen fe en el sistema democrático. Siendo sujetos democráticos se contraponen a las ideas totalitarias, por eso se ganan la animadversión de cualquier gobierno autoritario de ayer y hoy. Por eso excitan a los hondureños a salir en forma masiva a ejercer el voto el 30 de noviembre, porque igual que el común de los ciudadanos, los empresarios hondureños no ignoran que la economía se potencia más en el marco de un gobierno democrático.

Cierto es que China Continental ya es una potencia económica, pero son mucho más ricos, países como India y Estados Unidos, porque ambos países son democráticos. Costa Rica aunque es más pequeña que Honduras, es un país más rico que el nuestro, sencillamente porque está gobernado siempre por gobiernos democráticos. He allí por que los empresarios hondureños lanzaron ayer la campaña excitando a los hondureños a acudir a las urnas el 30 de noviembre.

Así son las cosas y así se las hemos contado hoy martes 19 de agosto de 2025.