
La IX Cumbre de la CELAC en Tegucigalpa es un evento propiamente ideológico, con ninguna repercusión que beneficie a los hondureños, más que al gobierno y al partido gobernante que disfrutarán durante tres días de un baño de refrescamiento político favorable, en momentos que el PLR viene de sufrir un soberbio fracaso electoral, al comprobar en las urnas un escaso apoyo popular. Por más que el PLR quiso hacer de los resultados de las pasadas Elecciones Primarias una polvareda victoriosa, los electores hicieron que el tiro le saliera por la culata, al resistirse en los centros de votación donde hubo personas que aguardaron la llegada de las urnas hasta 14 horas.
Las maniobras desesperadas del PLR para dilatar el conteo electoral, contando con la complicidad del Ministerio Público y ciertos altos mandos militares, parecía que podían hacer fracasar las Elecciones Primarias, pero el coraje y el valor de las dos concejales del CNE, que han sido dos auténticas gladiadoras, luchando contra la obsesión antidemocrática del PLR, hicieron posible que el proceso electoral primario saliera adelante.
Quizás porque había la convicción oficial de que el control amañado de las Elecciones Primarias era el mejor escenario para hacer un festejo con el cual el PLR demostraría a sus camaradas de la CELAC su poderío político, es que el gobierno hizo coincidir la fecha de la cumbre con la clausura de las Elecciones Primarias. Pero, no le ajustó al PLR el caudal de maniobras, y su potencia electoral resultó disminuida, a pesar de que pusieron todo a su favor para inflar las urnas de la candidata oficial. En todo sentido esto ha sido un varapalo, una azotina, vaya, una montada de lena, pero de esas que duelen, cuando en los tiempos antiguos los padres le restregaban las reglas en las canillas a los hijos mal portados.
Sin embargo, como el que tiene el tesoro pone la fiesta aun cuando no haya razones para festejar, el PLR trajo la Cumbre de la CELAC a un costo oneroso de más de 150 millones de lempiras, según lo revelado por el canciller Eduardo Enrique Reina, aunque hay estimados realizados por personas con experiencia en montaje y organización de eventos grandes, que han informado que algo como la Cumbre de CELAC no baja del orden de los 400 millones de lempiras, sobre todo porque la Presidente Xiomara Castro quiere montar algo digno que este a la altura de su despedida de la presidencia pro tempore de CELAC, en la que, a decir verdad y viendo el balance de su período, la Presidente Castro no tuvo un paso destellante en el organismo, sino más bien opaco, cuando fue llamada al orden por sus colegas suramericanos por tomar iniciativas en forma inconsulta.
De todas maneras, despedirse de la CELAC celebrando a lo grande a un costo altísimo para el Estado hondureño, resulta una fastuosidad que golpea a los hondureños, que se debaten en un ambiente de necesidades y carencias en el sistema sanitario que nunca como hoy había caído en tal estado de precariedad que resiente a los hondureños, que tienen la mínima esperanza de recibir atención en un hospital público del Estado.
Reconocemos que todo gobierno tiene el legítimo derecho a organizar celebraciones que eleven la connotación nacional que como país se merece Honduras, pero gastar una bicoca millonaria en tiempos en que el gobierno ha caído en mora con el pago de los médicos, es un enorme contrasentido y una grave ofensa tanto al pueblo hondureño como a los médicos que tienen que hacer presiones para que el gobierno les cumpla con el pago de su remuneración. Cuando el gobierno no se preocupa en absoluto por la vida de las personas ni le proporciona servicios básicos como la Salud y la Seguridad, no puede preciarse de ser un gobierno democrático sino el de practicar la anarquía. Porque, así como el gobierno recauda impuestos y mantiene un Ejército y una Policía que brillan por millar para proteger a mandatarios de otros países, en eventos como el de CELAC, y en cambio no proporciona cierto nivel de atención sanitaria, y seguridad a los habitantes, es porque se ha pasado al campo de la anarquía.
Gastar 300 o 400 millones de lempiras para montar la Cumbre de la CELAC mientras se les niega el salario a los médicos, es un enorme contrasentido que indispone al resto de la población, por supuesto que esto hace que de lejos se perciba que Honduras ha dejado de ser una democracia, porque en las democracias convencionales los mandatarios no organizan saraos costosísimos como el de la CELAC, que son pagados con el dinero de los contribuyentes que vivimos solo para pagar impuestos, para que el gobierno se los gaste en festejos que se convierten en actos de propaganda.
El pueblo tendrá tiempo para seguir juzgando la conducta del Gobierno de Xiomara Castro, que en su periodo de gobierno, además de que no cumplió con la mayoría de sus promesas, especialmente por la sarta de mentiras que sostuvo con la instalación de la CICIH, deja a Honduras sumida en una situación lamentable muy lejos del desarrollo y con un bienestar empobrecido, por lo que los hondureños están cabreados, acabados y moral y económicamente en estado de calamidad. Sinceramente, ¡el PLR no tiene cómo defenderse!
Así son las cosas y así se las hemos contado hoy lunes 7 de abril de 2025.