EUROPA NOS ACOBIJA

Europa no está tan distante de Honduras, ni es un bloque de países extraño para los hondureños. Con Europa tenemos más afinidades que diferencias y la historia nos lo confirma. Gran parte de nuestro origen tiene sello europeo, por lo que no es extraño ver a la Unión de Países Europeos preocuparse por nuestra salud política y social, deseosa de ver que nuestro país continúe en la órbita de países democráticos del mundo, algo que debemos agradecer. Cuando la Unión Europea, que es como se conoce al bloque de países del viejo continente, expresa su aspiración de que los hondureños tengamos elecciones limpias, honestas y transparentes, no comete intromisión alguna, es el genuino deseo de que sigamos la ruta de la mayoría de países de aquel continente que tienen una larga trayectoria democrática, que les ha costado sudor y lágrimas para lograrlo.

Esto es algo grandioso, porque Honduras no debe quedar en las manos de un solo socio. Por tradición, Estados Unidos ha sido nuestro aliado invariable, en las buenas y en las malas, nadie nos ha dispensado tanto espacio en su geografía como lo ha hecho EEUU al albergar por muchas décadas a miles de hondureños que buscaron en el denominado sueño americano una mejor forma de vida para superar su estado de bienestar.

La situación ha cambiado sustancialmente en EEUU, no solo para los hondureños, sino para todos los países que mantienen las mismas relaciones que nosotros con la gran nación del norte. El cambio de política, sobre todo en el ámbito migratorio, ha cambiado las reglas del juego. Con el gobierno de Donald Trump ningún inmigrante que no esté debidamente acreditado como residente legal, es bienvenido en ninguno de los estados de la Unión Americana. Es muy posible que de los casi dos millones de hondureños que viven y trabajan en EEUU, las dos terceras partes que pudieran no tener documentación en regla, deberán regresar a nuestro país en los próximos doce meses. Esto significará un fuerte impacto negativo tanto en lo económico como en lo social, especialmente porque la gran mayoría de estos compatriotas que retornarán por el ineludible efecto de la deportación obligada, no tiene grandes ahorros como para pensar que todos o casi todos vienen cargados de recursos para convertirse en empresarios, que abonarían a la economía nacional.

Entonces, nos queda Europa, para ver ese horizonte si bien más distante, donde pueden abrirse miles de puertas, en varios países, donde están requiriendo personas jóvenes para trabajar en diferentes áreas, donde el trabajador hondureño está muy bien reputado para desempeñar las diferentes tareas en el campo agrícola, en hoteles, en la ganadería, en la carpintería, en la fontanería, en la industria de la construcción y algunos oficios como los domésticos donde el cuidado de las personas mayores y atención a las mascotas, generan empleo para miles de personas. Hay que voltear la vista sobre Europa, hay que tocar las puertas no solo de España, sino de Francia, Alemania, Italia, Reino Unido, Portugal, Austria, Suiza, Polonia y hasta Ucrania, donde hay necesidad de mano de obra capacitada y abnegada.

Aunque no significa que la actual situación desfavorable que se plantea con el gobierno de EEUU que preside el incomprensible Donald Trump, sea eterna, es obligatorio diversificar las relaciones con los países europeos, donde si bien hay condiciones legales que como es natural son de obligatoriedad atenderlas y cumplirlas, no hay una situación ni siquiera parecida a la que nos ha disparado el Presidente Donald Trump, que era inimaginable para Honduras y demas países. No es que EEUU nos ha declarado una enemistad de hierro, es que por primera vez un gobierno impone mano dura a los inmigrantes, a los que culpa en gran parte de la degradación social y moral que ha sufrido la sociedad estadounidense, algo que es discutible, pero que no nos queda más que aceptarla, porque en materia de salvaguarda de sus intereses, EEUU tiene el perfecto derecho de velar por su soberanía, por su derecho de guardar el privilegio de los ciudadanos a proteger sus empleos y porque todo gobierno tiene la obligación de marcar una línea a la inmigración extranjera.

No culpemos, por lo tanto, a EEUU como país, que sigue siendo nuestro principal aliado y socio. Lo que ocurre hoy en materia de inmigración en ese gran país solo es el punto de vista de un gobierno que no comulga con ser flexible para abrir la frontera de puerta a puerta, incluso sin importarle las consecuencias económicas que le está produciendo a la misma economía de EEUU. Pero, EEUU no es el único país del mundo, Europa es un bloque de países, hay que aprender a abrir las puertas para propiciar una inmigración que puede ser muy útil a los países europeos.

Agradezcamos a EEUU lo que ha hecho por los hondureños en todas estas décadas, pero ya es tiempo de acercarnos más a Europa, su deseo de que sigamos viviendo en paz, tranquilidad y libertad es palpable, por eso los países europeos están poniendo interés porque los próximos comicios del 30 de noviembre se celebren en el marco del respeto a Constitución y demas leyes, algo que debemos apreciar en todo lo que vale. Bienvenida la comisión observadora de la Unión Europea a testimoniar nuestras próximas elecciones el 30 de noviembre, en nombre del pueblo hondureño que es el soberano y el que decide su propio destino, les abrimos los brazos para que puedan ayudarnos a que los hondureños tengamos elecciones, limpias y transparentes el próximo 30 de noviembre.

Así son las cosas y así se las hemos contado hoy viernes 13 de junio de 2025.