EL VOTO EN EL EXTERIOR

Ninguna otra elección en Honduras ha estado tan salpicada de sospechas y plagada de suspicacias como las elecciones del próximo 30 de noviembre, por un antecedente real, no inventado, que se arraigó en el imaginario popular hondureño desde el momento en que el expresidente Mel Zelaya le confesó al colega Esdras Amado López, que había ganado la Elección Presidencial de 2005 con un porcentaje de fraude. Por eso, todos los movimientos que hace la maquinaria electoral del PLR para afianzar a la candidata Rixi Moncada, se revisten de sospecha, incluso la propaganda del PLR tiene el escandaloso tinte de fraude desde el momento en que categoriza una victoria desde ahora, cuando, en una afirmación hartamente sospechosa, hay letreros pintados y pancartas con la leyenda: «Rixi ya ganó».

Ningún candidato puede asegurar en forma tan categórica que puede haber ganado la elección desde ahora, salvo que su maquinaria este tan segura, pero tan segura, que tiene amarradas todas las cuerdas sin dejar un tan solo cabo suelto, lo que incluye por supuesto el porcentaje de mañas y chanchullos que van desde comprar delegados en las mesas electorales, contar con expertos en la parte tecnológica con capacidad para invertir resultados y el manejo de tarjetas de identidad, que ha sido la forma tradicional de hacer chanchullo en una elección.

Ahora bien, hay que decir que todo lo anteriormente mencionado es parte del folklore electoral que se ha mantenido en el curso del tiempo, a pesar de que los procesos han sido sustancialmente modificados por los avances tecnológicos, aunque, mientras exista la intención de algunos políticos de amañar las elecciones, las posibilidades de fraude constituyen una amenaza seria en contra de la voluntad del electorado. Hay otras situaciones específicas que debemos sopesar con mucho cuidado, porque echarlas al vuelo sin la debida verificación solo contribuyen a crear un estado de incertidumbre que puede desestimular a los ciudadanos, para decidir no acudir a las urnas.

Una de ellas es la denuncia de que en el RNP se habían inscrito miles de nicaragüenses como hondureños, un movimiento migratorio anormal para ejercer el voto. Esa denuncia impacto de manera negativa que el RNP reaccionó con una demanda legal, que es algo muy serio, porque cuando se formula una denuncia de esa naturaleza se deben tener las pruebas fehacientes, de lo contrario implica un juicio de orden criminal. Como ha continuado regándose la especie, decidimos consultarle al comisionado presidente del RNP, Rolando Kattán, sobre la posibilidad de que hubiera ocurrido una inscripción masiva de nicaragüenses en la entidad registral, entregándonos una copia fiel de ciudadanos extranjeros registrados en los últimos diez años. Específicamente en el RNP, entre el 2015 al 2025 se registraron 444 personas de origen nicaragüense. En el curso de los últimos diez años, el movimiento de nicaragüenses inscritos en el RNP tuvo la siguiente dinámica: 5 inscritos en el 2015; 20 en el 2016; 23 en el 2017; 24 en el 2018; 58 en el 2019; 23 en el 2020; 60 en el 2021; 92 en el 2022; 57 en el 2023; 49 en el 2024 y 33 en el 2025, para un total de 444 ciudadanos nicaragüenses inscritos en el RNP durante diez años, lo cual no es una explosión migratoria sospechosa, sino absolutamente normal.

Donde sí hay que poner todo el cuidado posible es en el manejo de las tarjetas de identidad de los compatriotas que viven en el exterior, específicamente en EEUU, donde la Cancillería del Gobierno del PLR desplazó un movimiento singular bautizado con el sugestivo nombre de «consulados móviles», que no fue con el saludable propósito de atender a los compatriotas en las diversas ciudades, sino que, más bien fue una estrategia sigilosa del Gobierno del PLR para apropiarse de las tarjetas de identidad de unos 500 mil hondureños, que es casi seguro que por temor a ser capturados para ser posteriormente deportados, no tienen la intención de desplazarse el 30 de noviembre a ejercer el sufragio en los consulados. 

El temor que asalta a los partidos de oposición, y que es un temor bien fundado, es que el Partido LIBRE use esas tarjetas de identidad para que otras personas se hagan pasar como las titulares de las mismas y depositen el voto que desde todo punto de vista será un voto ilegal, porque habrán posiblemente entre 400 a 500 mil personas que en forma fraudulenta suplanten a los legítimos propietarios de los documentos, con lo cual LIBRE tendría asegurado una suma extraordinaria de 400 a 500 mil votos fraudulentos. 

A esto sí hay que ponerle cuidado, porque 400 a 500 mil votos fraudulentos pueden determinar la elección de manera mal habida. Para evitar esta enorme posibilidad fraudulenta, lo que procede es suspender el voto en el exterior, situación que estamos seguros será bien recibida por los hondureños en el extranjero. Porque, nuestros compatriotas que viven en EEUU, que han sido maltratados por el gobierno y sus consulados, seguro que no estarán de acuerdo que el PLR utilice sus documentos personales para fortalecer un fraude que les permita perpetuarse en el poder.

Así son las cosas y así se las hemos contado hoy jueves 25 de septiembre de 2025.