EL BROMISTA FISCAL GENERAL ZELAYA

No creemos que el fiscal general Johel Zelaya nos tenga a los hondureños como una gran manada de tontos a los que puede engañar con sus mentiras. Cuando, con una voz engolada de macho, afirma con supuesta firmeza, que el pueblo debe confiar en su compromiso de hacer justicia en Honduras, sin duda que está bromeando, porque don Johel Zelaya en el fondo sabe que nosotros nos damos cuenta que a cada paso que da, pretende tomarnos el pelo, es decir, engañarnos como se puede engañar a los bobos. Y ni el fiscal Zelaya es tan listo, como los hondureños no somos babosos para creer todas sus mentiras.

Desde que asumió el cargo, los hondureños sabíamos que Johel Zelaya no sería un fiscal general para defender los intereses del pueblo hondureño. Su credencial era la de ser un sirviente de la familia Zelaya, no tuvimos que adivinarlo ni intuirlo, el propio Johel Zelaya lo confesó personalmente al ser juramentado por Carlos Zelaya, en ese preciso momento el país entero supo que la persona juramentada como fiscal general llegaba a cumplir la engorrosa e innoble tarea de defender dos sectores enmarañados de intereses cruzados, los del Gobierno y los de la familia gobernante.

Con el devenir de los meses, Johel Zelaya mostró ser un defensor incondicional de los dos sectores a los que debía el favor oscuro de haber sido nombrado en el cargo de fiscal general. Más tarde, lo vimos celebrando en franca camaradería con la elite del PLR y más recientemente en ameno convivio con la tristemente célebre diputada Isis Cuéllar, acusada de manosear cuantiosos millones de lempiras extraídos de SEDESOL, para ejecutar supuestos proyectos que conciernen tanto al ministerio respectivo del Gobierno como a las diferentes municipalidades del país. Teniendo una amistad tan cerca con la diputada Isis Cuéllar, el fiscal general Johel Zelaya no se tomaría la molestia de citar a una amiga y camarada, aunque haya causa suficiente para arrimarla a los tribunales.

El de Isis Cuéllar es un caso, pero el del narcovideo donde aparece Carlos Zelaya no es mucho menos, como para no hablar del peluquín, porque allí aparece la mera trameya que le tomó posesión como fiscal general. ¿Cómo enfilar las bateras del Ministerio Público contra don Carlos Zelaya, si se trata del santo varón que lo puso en lo más alto del pedestal del Ministerio Público para perseguir y jorobar a los enemigos políticos? Tendría que estar loco el fiscal Johel Zelaya para hacerse el harakiri, queriendo poner en la esquina del ring al buen amigo que lo saco del monte para colocarlo en las grandes ligas del Ministerio Público.

Por eso afirmamos que el fiscal general Johel Zelaya es un bromista de marca mayor, al creer que por pararse en puntillas para que las cámaras lo capten mejor, con voz engolada, agitando la barba de chivo, proclamándose un paladín de la justicia, se puede echar a la bolsa a los hondureños. Creemos que el fiscal general bromea, porque ningún hondureño en su sano juicio toma en serio sus mentiras. La ciudadanía en general desde el primer momento supo que al ser juramentado por el diputado Carlos Zelaya, don Johel Zelaya era cualquier cosa al servicio de la familia gobernante, menos el fiscal general. En estos momentos, Honduras no tiene fiscal general, en Honduras el Ministerio Público en general es una burla y una amenaza.

Es una amenaza pública porque siendo el organismo que está respaldado por la Constitución de la República para que sea el responsable de la representación, defensa y protección de los intereses de la sociedad, independiente funcionalmente de los poderes del Estado, y libre de toda injerencia política sectaria, haber aceptado Johel Zelaya ser la cabeza del Ministerio Público para servir a los intereses del gobierno y de la familia gobernante, era convertirse en un gendarme con mucho poder, acompañado de varios cuerpos policiales, para poner de rodillas a los adversarios de la familia gobernante que tengan la osadía de interponerse en el camino de la familia Zelaya hacia la perpetuidad en el poder.

Don Johel Zelaya no es el fiscal general representante y defensor de los intereses de la sociedad. El papel que desempeña es el de perro de cacería de la familia gobernante. En otras palabras, el fiscal Johel Zelaya no es un defensor del pueblo, más bien es una amenaza pública.

Así son las cosas y así se las hemos contado hoy viernes 26 de septiembre de 2025.