
Hondureños y extranjeros saben que la doble condición de la candidata del PLR, Rixi Moncada, es absolutamente irregular, porque en ningún país democrático se admite que la candidata del partido gobernante sea a la vez ministra de Defensa, cargo que equivale a ser «la jefa de las Fuerzas Armadas», un rango con el que la señora candidata del PLR hace gala y se aprovecha de un ventajismo que, además de inmoral y reprochable, es reparable, por supuesto si estuviéramos en un gobierno democrático, donde las instituciones funcionaran en forma independiente. Hacemos esta aclaración, porque pecaríamos de ingenuos si comenzáramos a preguntarnos por qué la candidata del PLR anda en helicópteros de la FAH y usando vehículos del Estado en sus movilizaciones políticas, porque esto es algo que doña Rixi Moncada no puede negar: cada vez que se moviliza hacia algún lugar del país, va en doble condición de candidata presidencial y ministra de Defensa, aprovechando más la primera actividad.
Como persona formada en el Derecho, afirmamos que este privilegio inmoral lo podrá disfrutar doña Rixi Moncada hasta el 30 de mayo, fecha perentoria e inaplazable en que el gobierno deberá nombrar a un nuevo ministro de Defensa que sustituirá a Rixi Moncada. Sin embargo, aunque la candidata presidencial del PLR, Rixi Moncada, por mandato legal debe ceder el cargo a un nuevo titular, debe saber que el daño auto-infringido ya está hecho. En el sentimiento de los hondureños está latente el aprovechamiento oportunista con lujo de abuso, y eso ya no lo repara nada ni nadie, porque si hay algo que los pueblos detestan es a los oportunistas.
El oportunista es por excelencia abusivo, sobre todo cuando alcanza una cuota de poder, y aunque los populistas tienen una coraza para usar y abusar del poder, no pueden evitar pagar la factura en determinado momento. Desde los tiempos antiguos los populistas se han caracterizado por echar mano de sus privilegios para sacarle ventaja a sus oponentes. Populismo es la mejor traducción castellana posible del término griego «demagogia» que es la práctica política de engañar al pueblo, un mal frecuente del que se valen las personas inmorales y abusivas que no pierden la oportunidad para lucrarse del poder mientras los gobernados sufren las carencias y necesidades que son propiciadas por los gobernantes populistas que por excelencia son autoritarios.
¿Cómo luchar y enfrentar la lacra del populismo que por desgracia ha adquirido caracteres epidémicos? Muchos políticos en algún momento parecen ser picados por el mosquito del populismo, que es cuando se les atraviesa el mal deseo de perpetuarse en el poder. La democracia de EEUU eliminó el bicho del populismo cuando institucionalizó la reelección por un período más, y aunque estamos muy lejos para llegar a ese nivel de perfección política, los líderes de los partidos democráticos deben ir consensuando, sin necesidad de una asamblea constituyente, una salida Constitucional que conduzca a un nuevo modelo democrático, que sirva para mejorar las condiciones del país y no para satisfacer los caprichos de la plaga de politicos oportunistas, como los que nos gobiernan, pero para eso los políticos deben desviar la vista tan obsesivamente fija en aferrarse al poder y dirigirla hacia la nación, hacia la sociedad, hacia los hondureños, hacia el pueblo.
El problema para llegar a este gran objetivo está en la sociedad que hemos construido, en que la política se ha convertido en una especie de epidemia y fenómeno a la vez, donde no llegan los verdaderos líderes sino aquellos que se revisten de ciertas condiciones con las que logran atraer a la gente que vota. Hay que preguntarse si esta es la sociedad que queremos y que vale la pena mantener. En Honduras, hasta ahora no sabemos cómo responder a esta interrogante, por eso llegado el momento como el que vivimos, dirigidos por un gobierno que solo trabaja por perpetuarse en el poder, pensamos que no queda más que apoyar al menos malo, que es el que no tiene intenciones de perpetuarse en el poder.
De lo que si estamos seguros es que, como lo ha demostrado la candidata del PLR, una política abusiva y oportunista, que nos da catedra de cómo se abusa del poder, no tiene el mínimo recato para hacer gala de su falta de honradez en la dirección de los asuntos del país, algo que nos compete a todos los hondureños, porque si a la vista de todo el pueblo, la candidata del PLR usa y abusa de los bienes del Estado para hacer campaña política, que no hará con todos los recursos que se manejan en las cuentas del gobierno, que están a su entera disposición, que es el privilegio por el que se desviven los políticos autoritarios.
Así son las cosas y así se las hemos contado hoy lunes 5 de mayo de 2025.