La viceministra de Seguridad, Julissa Villanueva, se desligó públicamente de la gestión del ministro Gustavo Sánchez, a quien acusó de decisiones erradas, omisiones y favoritismo hacia grupos del crimen organizado. Villanueva afirmó que siempre fue crítica de su administración, incluso antes de la salida de Ramón Sabillón, y sostuvo que la actual cúpula policial es “heredera del hampa”.
En ese sentido, recomendó una depuración que abarque al menos cuatro generaciones dentro de la Policía Nacional y advirtió que la seguridad ciudadana no puede seguir siendo un espejismo, sino un derecho humano efectivo para los hondureños.
Asimismo, la funcionaria exigió una auditoría forense para esclarecer el manejo de los recursos de la Secretaría de Seguridad, denunciando un despilfarro millonario en compras como los vehículos “Black Mamba” y el sostenimiento de un equipo de fútbol, mientras se descuidaban prioridades básicas de la institución. Villanueva también cuestionó la política de “maquillaje de cifras”, al señalar que la reducción de homicidios ocultó el aumento de masacres y muertes violentas de mujeres.
Finalmente, aseguró estar dispuesta a brindar información al nuevo gobierno y al equipo de transición para impulsar una verdadera depuración policial y un cambio estructural que rompa con los vínculos entre la institución y la criminalidad organizada.