POR QUÉ FRACASAN LOS PAÍSES

En el libro «Por qué fracasan los países» de los profesores Daron Acemoglu y James Robinson, una obra de vasto alcance que considero es una de las mejores que he leído en mi vida, está muy bien explicada la situación de Honduras. Somos un país con instituciones débiles por la politización que se ha hecho de ellas, con el agravante de que, en el gobierno actual del PLR, las instituciones fueron dominadas por el partido gobernante, con excepción del CNE, en el que el PLR solo pudo controlar una tercera parte. El libro «Por qué fracasan los países» pone como argumento central el caso de Ciudad Nogales, compartida por México y Estados Unidos, en lo que se aprecia el valor de las instituciones. Mientras en Ciudad Nogales de México prevalece un clima de violencia, crimen, narcotráfico, pobreza y calamidades, en Ciudad Nogales de EEUU impera el respeto a la ley, el clima de tranquilidad y paz, y el bienestar y prosperidad de las personas es el mismo que se observa en cualquier ciudad de EEUU. Los profesores Acemoglu y Robinson concluyen que la diferencia está en que, mientras en Ciudad Nogales de EEUU prevalecen las instituciones y el imperio de la ley, en Ciudad Nogales de México, las instituciones no funcionan y lo común es el irrespeto a la ley y el imperio del crimen y la violencia.

Honduras ha estado durante cuatro años sin instituciones, porque Mel Zelaya, líder del PLR, las logró controlar todas por medio de un Congreso Nacional dirigido por una directiva usurpadora que manejo a su antojo estos procesos, de manera que hoy tenemos un Poder Judicial ilegal, un Ministerio Publico con un fiscal general y un procurador general, todos productos de la ilegalidad. El deseo intenso de corregir todos estos entuertos, producto del autoritarismo del PLR, es lo que llevo a los hondureños a concurrir en forma masiva a las urnas el pasado 30 de noviembre, prevaleciendo ante todo el deseo intenso de sacar del poder al PLR que amenazaba con perpetuarse en el poder. Y por supuesto, por añadidura, elegir nuevas autoridades.

Las elecciones del 30 de noviembre tienen la grandiosidad de haber sido reconocidas como limpias y transparentes por toda la comunidad internacional, sin discrepancia alguna. De manera que, solo por las actas con ciertas inconsistencias, entendiéndose estas como fallas, es que el proceso de conteo se ha extendido, de lo que se ha aprovechado el PLR, cuyo máximo líder Mel Zelaya, usando a todos sus sirvientes que puso al frente de las pseudo-instituciones controladas, trata de evitar que el CNE haga la declaratoria final, algo que será imposible, porque las consejeras Ana Paola Hall y Cossette López han anunciado este día que harán la declaratoria dentro del tiempo establecido por la ley.

Para evitar el fracaso total de Honduras, el nuevo gobierno debe recuperar el Estado de Derecho, debe proceder a reconstruir las instituciones, comenzando con el Congreso Nacional, la Corte Suprema de Justicia y el Ministerio Público, donde es urgente elegir a un nuevo fiscal general. Tenemos la esperanza de que esto se lograra, una vez establecido el nuevo gobierno. Las elecciones fueron ampliamente reconocidas por la comunidad internacional, cuyo aval incuestionable es haber comprobado in situ que, aunque hubo ciertos contratiempos, no se detectó ningún fraude. Por eso, extraña que el candidato Salvador Nasralla, inscrito por el PL, cuestione el resultado pidiendo que se repitan las elecciones, que es la tesis con la que Mel Zelaya, acostumbrado a este tipo de jugadas chuecas, autenticas malandrinadas, pretenda burlarse del gran pueblo hondureño, del que casi tres millones y medio de electores votaron por sacar al PLR del poder.

¿A quién creerle si las elecciones fueron o no limpias y sin fraude? ¿A Salvador Nasralla o a la comunidad internacional? Por supuesto que, a la comunidad internacional, tratándose del circuito de países serios del planeta. Salvador Nasralla tenía grandes posibilidades hasta el miércoles, antes de las elecciones. Pero le apareció una gran piedra en el camino: el presidente de EEUU, que además de pronunciarse en apoyo del candidato Nasry Asfura, calificó a Salvador Nasralla como una persona no confiable. Una voz como la del presidente de EEUU, donde nunca antes otro presidente había tomado partido por un político hondureño, cambió drásticamente el escenario politico hondureño, haciendo que los nacionalistas que manifestaban su apoyo por Nasralla regresaran al redil cachureco, a sumarse a Nasry Asfura, que de pronto era el favorito de Donald Trump.

Aunque la inclinación de Trump por Asfura no es algo que debe aplaudirse, tampoco se puede evitar, porque siendo un factor exógeno, nada le prohíbe pronunciarse en favor de un candidato hondureño, igual que nada nos prohíbe a los hondureños pronunciarnos, cuando llegan los tiempos de elecciones en EEUU, por un determinado candidato. Salvador Nasralla no puede pensar que tiene derecho a prevalecer sobre el criterio electoral de casi tres millones y medio de hondureños que ejercimos el sufragio, por encima de todo, por sacar al PLR del poder. Debe recordar que las personas que lo invitamos a que se incorporara al PL para esta campaña, desde un inicio le expresamos que lo fundamental era sacar al PLR del poder. 

Sumarse a la tesis de Mel Zelaya para torpedear el proceso electoral es una deslealtad a Honduras. Colocar personas incondicionales del PLR y de la familia Zelaya en el conteo del escrutinio especial como falsos liberales, es un terrible error de Salvador Nasralla. En política como en todo lo demas, es fundamental respetar la institucionalidad. El trabajo del CNE ha sido respaldado por la comunidad internacional. La opinión pública hondureña respaldamos a las dos consejeras, Ana Paola Hall y Cossette López. Ellas están facultadas por la ley para hacer la declaratoria final de las elecciones. La ausencia del consejero Marlon Ochoa en el acto de declaratoria final, solo repercutirá en su contra, porque la ley establece sanciones precisas para el consejero que incumple con esa obligación fundamental. De manera que, no nos cabe ninguna duda, que las dos consejeras, Cossette López y Ana Paola Hall harán la declaratoria del ganador, sea el que fuere. Eso es muy importante. Pero, lo fundamental es la victoria del gran pueblo hondureño: ¡haber sacado al PLR del poder, evitando que nos robaran nuestro país! Nasralla debe recordarlo! Para esto fue que lo invitamos a que se incorporara al PL.

Así son las cosas y así se las hemos contado hoy lunes 22 de diciembre de 2025.